Los momentos en los que se rompe el esquema terriblemente estricto del programa son casi lo único que me hace prestar atención a lo que se está diciendo. Cuando Dolina se engancha con alguna inquietud de un oyente o se pone a tocar, cantar o explicar algo de música, me resultan lo más valioso. me gustan las interrupciones de Barton en medio de la charla, haciendo algún comentario o un chiste, cosa que no era muy frecuente antes. Sigo lamentando que a Dorio no se le haya dado nunca más que ese minuto que se le daba para presentar el tema músical que ilustraba la charla. Eso era como pretender meter a un elefante en la jaula de un jilguero. Tal vez sea tiempo de romper un poco con la estructura y cuando surja algo interesante seguir adelante con eso hasta donde dé aunque se coma la charla, el segmento humorístico o el músical, que importa?