Hablando de arañas y poesía... no puedo dejar de compartir esto:
Identidad
1) Una telaraña individual
identifica una especie:
un orden del instinto prevalece
a través de las circunstancias accidentales,
aunque hay grandes posibilidades
a lo largo de la periferia de
las telas
de araña:
puedes ir
alrededor de las uniones periféricas
y encontrar
desorden dispuesto,
rica entropía, altos niveles de azar,
numerosas probabilidades de accidente:
2) Las posibles colocaciones
de una tela son infinitas:
¿Cómo mantiene
la araña
su identidad
mientras hace la tela
en un lugar determinado?
¿Cómo y hasta qué punto
y con qué tipos de química
y control?
Es
maravilloso
cómo funcionan las cosas: te hablaré
de esto
porque
es interesante
y porque todo ser
se mueve entre malezas
y estrellas y telarañas
y lo conocido
es amado:
en ese amor,
conociéndolo cada uno de nosotros,
te amo,
pues se mueve dentro y más allá de nosotros,
sisea entre
los pastos en invierno, revolotea y se cuelga de las ventanas
con los abejorros durante en verano:
Te mostraré
lo que subyace, que no acoge imagen de sí mismo
y no puede ser mostrado ni enunciado,
pero se entrelaza adentro y afuera de las lunas y las malezas,
es todo y
más allá de la destrucción
porque crea completamente de ninguna
forma en particular:
si la tela estuviera perfectamente
preestablecida,
la araña podría
no encontrar
un lugar perfecto para instalarla: y
si la tela fuera
perfectamente adaptable,
si la libertad y la posibilidad fueran ilimitadas,
la tela perdería
su especial identidad:
la tela estirada en filas
mantiene el orden en el centro
donde el espacio es más libre (importando que el “medio”
más libre acepte
el orden más firme)
y ese
orden
disminuye en dirección a la
periferia
permitiendo en los puntos de contacto
entropía igual a entropía.
Archie Ammons