Querida Patricia: lo tuyo no molesta ni ofende en absoluto, aunque tal vez para una mente como la mía que últimamente se me está comportando de manera demasiado racional, sí pudo haber generado un poco de inquietud (por ti), lo que podríamos llamar la "inquietud de lo inasible", de lo "inclasificable".
No sabés cuánto me alegro de leer tus últimos comentarios, los cuales, al menos a la luz de esa mente, se han visto con mucha mayor tranquilidad.
Espero que hayas tomado los chistes del 2do plato (si el primero eran penes rigatti...) y algún otro chiste tonto que hice con el espíritu con que fueron hechos: en una buena.
Te felicito por la noble y desinteresada labor que realizás en el Hospital de Niños de la Plata.
Te mando un gran abrazo.