No me diga nada, Enoch: imagino que si ese gente va a Alemania, no dejará de visitar Baden-Baden.
Permítame que le diga con voz suave y profunda -ahora soy Rolón, buenas tardes- que esa gente sufre de un síndrome muy conocido en el psicoanálisis, el "síndrome compulsivo reiterativo repetitivo", también llamado "mal de eco", que fue descubierto por los hermanos psicoanalistas Carl y Gustav Píriz, trabajando por separado (cada uno en su cuarto (estaban peleados)). Por ese motivo también se lo llama, como ya se habrá imaginado, "síndrome de Píriz-Píriz".
Cuando llega uno de estos casos a mi consultorio, lo reconozco de inmediato porque el paciente me dice: "cómo le va, licenciado Rolón-Rolón".
La cura total de este mal necesita de un tratamiento largo y costoso (como todos nuestros tratamientos, digamos; cuando un colega inventa un tratamiento corto y barato es expulsado de inmediato del gremio) e involucra un severo plan de restricción de actividades, dentro del cual, por ejemplo, está terminantemente prohibido escuchar canciones de Palito Ortega.