Franz, el costumbrismo y la risa en base a situaciones cotidianas es marca registrada de Dolina y del programa desde el minuto uno de 1985 cuando comenzó, y desde incluso antes, es algo netamente dolinano y de toda su obra, no bartoneano. ¡Pardiez! El tema es hasta dónde podés llegar con eso sin cultura. Yo conocí gente que se reía o divertía más con los Midachi que con Les Luthiers (ambos se basaban en cuestiones cotidianas). Cuestión de almas y de cultivo. Barton, como el resto de integrantes históricos, sólo se sumó a acompañar o más bien imitar ese estilo, nada más. Sólo acompaña, está, ayuda a seguir, a permanecer, a que no se cierre el boliche.
Pareciera como si hubiera empezado a escuchar el programa hace un año señor. Alguno que no haya leído la tragedia de Sófocles o de Esquilo, se sentirá embelesado con la obra Eurípides, que ya en un tiempo de decadencia, se parecía más a la comedia que a la tragedia. Otro, en peores condiciones, se emocionará hasta las lágrimas mirando la novela de la tarde y pensará que su guionista podría rivalizar con Corneille o con Chejov. Y eso depende del grado de desarrollo interno, la sensibilidad o qué se yo. Otros no ven un elefante dentro de un ropero o defienden a muerte que la suma de dos más dos es cinco.
Mariano C. el sábado, 28 de enero de 2017 a las 03:52 AM
en La venganza será terrible del 25/01/2017 dijo: