Mariela, me apresuro a aclarar brevemente que me refiero más al Dawkins impulsivo y calentón de redes sociales (el tuitero que vive con el celular en la mano) que no al Dawkins escritor y tal vez futuro premio Nobel (se lo merece mucho más que otros que la van de escritores, y no haré nombres para no ofender a Darío Sztajnszrajber). Tus observaciones ameritan una respuesta más detallada de mi parte (bah, mis habituales setenta páginas de mala literatura); de todos modos, no necesito meditar mucho para concederte la razón: dársela bien dada a Foucault es siempre un acto encomiable.
Hice una parada de descanso para leer los comentarios de Venganzas del Pasado (uno de los últimos refugios de la libertad de expresión, y lo digo en serio). Por motivos que desconozco, recibí la recomendación de un video de Ofelia, en donde cuenta (en su media lengua inclusiva) sus planes para la revolución. Arrancarse los ojos es fácil, como bien lo sabían Edipo y Lucía de Siracusa; pero ¿cómo hace uno para arrancarse los oídos?