Yo no creo que no sepa nada de psicología, pero sí cuida su quinta; la que le deja plata y fama. Es como los médicos (recibidos y todo) que se pasan a la homeopatía: es como separarse de 'la norma' y abrirse su propio kiosco deluxe, donde pueden vender a mejor precio unas pseudociencias y en la comodidad de su propio consultorio o casa en lugar de un lugar sucio y horrible como es un hospital público. ¿El secreto? que la gente crea que por fin la tratan bien y se sientan comprendidos. Vamos, dejan hablar a los pacientes y les dan charla; después les recetan bolitas de azúcar mágico con ingredientes como por ejemplo ácaros que ellos dicen que miden en proporciones (*) y que según ellos generan lentamente una inmunidad a las alergias. Por ultimo le dan las indicaciones especiales y secretas: hacer vida sana. Genios.
¿De donde nacen estas pseudociencias? de lo mal que operan las ciencias; del desgano de sus representantes y claro, de la tentación de la plata fácil y abundante. La gente se harta de que le manden a hacer 1000 estudios a diferentes lugares cada uno con su turno, tengan que esperar 100 años para recibir el mismo, tengan que ir a hospitales que se caen a pedazos y cuando pasan por todo eso, los reciben con cara de pocos amigos y no la escuchan culminando la entrevista con un frio y desdeñoso 'se va a tomar una pastilla cada 8 horas para calmar [inserte molestia aquí] hasta que se pase solo". No es que uno quiera tener cáncer para hacer valer todo ese trabajo de paciente (nunca mejor puesto el nombre) pero... la cosa podría funcionar mejor, al menos con una sonrisa y si es posible; remoto, como para no sentir que uno es un idiota y le tomaron el pelo.
La homeopatía apareció para cubrir las grandes falencias de la medicina moderna: burocracia, malos tratos, ningún estudio y turnos inmediatos. Lo mejor de todo es que subsisten porque de la mayoría de las enfermedades mas comunes nos curamos solos.
Pequeña anécdota para graficar: a un familiar mio, que se trata su rinitis y ataques de asma con un homeópata me contó que una de las cosas que le dijo el chanta es que "si algo no va bien con el tratamiento, te derivo con un "alópata" y tomá la medicación que te recete, no vamos a correr riesgos". Genial.
El psicoanálisis es la homeopatía solo que estos se legalizaron. Ahora en vez de mandarte a un psicólogo o psiquiatra -mejor aun-, te mandan con el psicoanalista y mucha gente no comprende (ni sospecha) la diferencia. No contentos con eso, parece que trascendió que el que va a atenderse con un psiquiatra, es "un loco que está tan mal que necesita drogas ya" (nótese el 'ya' haciendo énfasis despectivo).
Rolón mismo lo dijo en algún programa perdido de LVST: "nuestros estados de ánimo y pensamientos son químicos a fin de cuentas"; el depresivo está segregando demasiado [inserte hormona aquí] y esto lo lleva a una espiral de pensamientos negativos, exagerados y constantes que a su vez lleva a la destrucción del deseo ya que no recibe recompensas por las cosas que antes le gustaban o le llamaban la atención y aparece el bucle de "¿y para qué?, si total...".
Pregunto entonces, si este problema es químico y existen químicos para controlarlo y mejorar; porque se insiste en llevar a la gente a ver a un tipo con un diván en Caballito a contarle los síntomas horrendos por los que atraviesa, en lugar de ayudarlo. Eso es perverso e inhumano. Se llama capitalismo y nos dicen que es lo mejor que hay, casi con resignación.
(*) Les informo a los pacientes homeopáticos, que cualquier cosa que coman, beban o respiren ya vienen sazonados con ácaros; están en todos lados, no sea cosa que se den una sobredosis.