«El olvido de la razón» sigue siendo uno de mis textos de cabecera a la hora de pegarle a la patota de Derrida; podría reprochar a ese libro la incomprensión del chiste del látigo y otros por el estilo (tales abismos nos deparan a todos el tiempo, la calumnia y los traductores ineptos), pero nada que una charla con Bunge no hiciera olvidar.
En Pagina/Biden recién vi una nota sobre su muerte y en los comentarios de los lectores, el más suave decía lo siguiente:
Un parásito menos.
El ganglio supraesofágico de Argumentito Ad Hominen demostró su incapacidad para comprender que el problema de esa frase está en su forma, no en el discutible —para bien o para mal— fundamentalismo de Dorio. «Un x menos» es siempre un buen punto de partida para un genocidio. De todos modos, algunos hacen méritos para ganarse ese epitafio (Argumentito, sin ir más lejos); pero ni Dorio ni Sebreli se lo merecían.
Resisto la tentación. El obituario no es lo mío.