Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de la vida de los reyes en la India.
0:00:04 Desde el momento en que existió el poder real en la India,
0:00:09 el rey resumía en su persona no solo derechos y poderes,
0:00:17 sino también el tiempo y la prosperidad de todo el rey.
0:00:22 Dice Ortega que hasta hace poco algunos labriegos chinos,
0:00:27 y dice Ortega que iba hablando de otra cosa, de la China,
0:00:31 algunos labriegos chinos creían que su prosperidad estaba relacionada
0:00:35 con la conducta del emperador.
0:00:38 Incluso los chinos llegaron a creer que un mal emperador ocasionaba terremotos.
0:00:48 Pongámoslo de otro modo, cada terremoto denotaba la incompetencia del emperador,
0:00:55 en modo que los emperadores se pasaban el tiempo deseando que no hubiera terremoto.
0:01:01 Probablemente de esa creencia proviene la invención del primer sismógrafo,
0:01:09 que fue inventado por los chinos, allá por el año 131.
0:01:14 Sismógrafo muy elemental, la pelotita que se mueve cuando la tierra tiembla.
0:01:21 Pero acaso servía para las discusiones políticas en 678.
0:01:28 Iba uno con un sismógrafo y decía, mire, entonces un terremoto lo dice y este sismógrafo.
0:01:35 Ah, y terremoto.
0:01:39 En la India pasaba algo parecido, y en Japón también.
0:01:45 Sí, en esos países debía organizar sus actividades cotidianas a horarios estrictos.
0:01:51 Para qué? Para mantener el orden cósmico regular.
0:01:55 Se creía que la persona del rey estaba tan vinculada al orden universal
0:01:59 que cualquier desarreglo en su conducta podía provocar verdaderas catástrofes.
0:02:05 En el Japón el Mikado estaba impedido de llevar una vida disoluta,
0:02:11 porque se entendía que sus pecados podían causar el caos universal.
0:02:18 En el Ramayana, volviendo a la India, se cita Contemor.
0:02:24 Las faltas... se citan Contemor, las faltas reales.
0:02:31 Y hablan de anarquía, de la falta de lluvia,
0:02:38 o que el hijo no honrara más el padre, o que el país se asemejara a un rebaño sin pastor.
0:02:45 Todo eso podía causar la más mínima falta del rey Naldo.
0:02:50 La prosperidad colectiva descansaba en la excelencia del rey,
0:02:54 y el pueblo también quería ver al rey, necesitaba verlo.
0:02:59 Y ese mostraba numerosas circunstancias, como fiestas o despedidas.
0:03:05 Y eso se mezclaba de incógnito entre sus súbditos,
0:03:08 para que lo vieran aún sin saber que lo habían visto.
0:03:12 El rey Haya, en el siglo VII, tenía en su palacio una especie de ojo de buey abierto a la calle,
0:03:20 y por ese agujero dejaba cogegar el pie.
0:03:24 Entonces el pueblo y los cortesanos defilaban frente a esa pequeña ventana para venerar su pie.
0:03:32 Decían, vamos a venerar un rato el pie de Haya, y así lo hacía.
0:03:38 Cuando la sucesión real no planteaba ninguna dificultad,
0:03:42 pues en la corona pasaba a Marodion Príncipe, bien entrenado, preparado,
0:03:47 pero a veces ocurría que un rey no tenía descendencia,
0:03:51 y en ese caso se pedía a uno de sus súbditos que tuviera relaciones con la reina.
0:03:59 Nos mandaron un súbdito y le decía, escúcheme, etcétera.
0:04:03 Ahora bien, este hombre no era uno cualquiera que pasaba por la calle,
0:04:07 y me dijían a un brazhamán de alta reputación.
0:04:11 Pero en realidad casi siempre los reyes tenían varios hijos.
0:04:15 Si el mayor no podía reinar por alguna circunstancia moral,
0:04:19 por ejemplo si era jugador, jugador de argentinos y unión,
0:04:25 entonces el menor ocupaba el trono.
0:04:29 Si el rey consideraba que su vida llevaba al reino al desastre,
0:04:34 por ejemplo era un rey de disoluto,
0:04:37 y veías que esa disolución producía el caos universal,
0:04:42 podía suicidarte, pero no de cualquier manera, tenía que ser un suicidio ritual.
0:04:49 ¿Se iba en elicóptero?
0:04:50 No, era la única forma de abdicar al trono, no se podía renunciar si no muerto.
0:04:56 Podía hacerlo de estas maneras.
0:04:58 Primero, ahogándose en un río sagrado, por ejemplo, el Lánquez,
0:05:03 después haciéndose quemar vivo,
0:05:06 ¿después o...?
0:05:07 No, no, es que es una segunda forma posible, te puede elegir.
0:05:11 No, mojado, no prende faso.
0:05:13 Le estoy mostrando el cantálogo,
0:05:15 o aplicando la retención del aliento que enseñaban las Cefis.
0:05:20 Estas formas de suicidio fueron aplicadas por varios monarcas en la Edad Media, la India.
0:05:27 Que se ahogaban o se hacían quemar vivos,
0:05:31 o retenían el aliento hasta que fenecían.
0:05:34 Entre los grandes personajes del reino,
0:05:37 vamos a hacer un catálogo de grandes personajes del reino, que estaban vecinos al rey,
0:05:42 estaba el capellán del rey, que ocupaba el primer lugar después del rey.
0:05:48 Era un brahamán reputado por su saber, de cargo hereditario,
0:05:55 a menudo había sido también preceptor del rey.
0:05:59 Este capellán servía de consejero,
0:06:02 y era el único habilitado para jugar con el rey y a la gedrés.
0:06:06 El único que podía jugar con el rey y a la gedrés era este capellán.
0:06:12 Entre otras cosas, el funcionario cuidaba el palacio en ausencia del rey
0:06:16 y estaba habilitado para hacerle reproches al rey
0:06:20 si su conducta moral dejaba que desear.
0:06:24 O rey tu conducta moral deja que desear.
0:06:29 Otro personaje era el conductor del carro real.
0:06:32 Primero venía el rey, después un maestro, preceptor y capellán, y después el carrero.
0:06:38 En el medio nada.
0:06:40 El chofer estaba bien visto.
0:06:43 Tercero lejos el que conducía el carro.
0:06:46 Bueno, en realidad su valor y de estresa dependía la vida del rey.
0:06:50 El rey no debía percibir nunca las dificultades del camino.
0:06:54 Quiere decir que se tenía que esquivar los pozos.
0:06:57 Estaba también el escudero real, elegido de una familia noble,
0:07:02 que desempeñaba un papel parecido al del paje en las Cortes Europeas.
0:07:07 Vestía una túnica corta, iba delante del caballo del rey en todas las salidas,
0:07:13 llevaba una campana para que quien la escuchara se alejara del camino del rey.
0:07:19 Tocava la campana que significaba aire.
0:07:23 Claro, y hacía gracia también.
0:07:25 No, señor, tocaba la campana para que la gente se abriera y dejara pasar al rey.
0:07:29 ¿Cómo la moto la policía?
0:07:31 Araca, que está el rey en puerta.
0:07:33 Después había dignitarios y subalternos de menor importancia
0:07:38 que estaban afectados al servicio íntimo del rey.
0:07:41 El principal era el barbero, que tenía el honor de afeitarlo
0:07:46 y depilarlo con pinzas de oro.
0:07:50 Uy, no lo afectaría.
0:07:52 También estaban los que se encargaban de las sandalias del rey.
0:07:56 Un funcionario importante era el espantamoscas.
0:08:00 Y también estaban los coperos enanos.
0:08:04 ¿Cuánta gente alrededor de los...
0:08:06 Sí, una gran burocracia.
0:08:08 Había también unas muchachas encargadas de la bebida
0:08:12 que se presentaban al rey según la moda de los países de donde provenía el vino.
0:08:20 Pero el rey no era el único que requería cuidados particulares.
0:08:23 Había dos animales que participaban en la vida del rey.
0:08:27 El elefante real y el caballo de Estado.
0:08:32 Eran considerados paladines del reino
0:08:35 y figuraban entre las siete joyas, la saratana,
0:08:39 que consagraban la soberanía de un reino universal.
0:08:43 El elefante real se vestía, según ciertas características,
0:08:47 que indicaban un origen real y sagrado.
0:08:51 Debió tener el pelo gris, no se vestía, que debe estar mal copiado.
0:08:58 Se reconocía, según ciertas características.
0:09:01 Se elegía, según ciertas características.
0:09:04 Debió tener el pelo gris, muy claro.
0:09:07 Era alojado en unos apartamentos
0:09:12 donde diariamente lo visitaba el rey
0:09:15 y el rey lo montaba por medio de una escalera de oro.
0:09:21 No hay que se subía así con una soga.
0:09:24 No, allí todo era lujoso.
0:09:27 Solía comparárselo en los poemas con la montura de Indra.
0:09:31 La montura de Indra era un elefante sagrado.
0:09:35 Y este elefante era considerado un verdadero personaje
0:09:39 y los cortesanos alababan su prudencia, sagacidad e inteligencia.
0:09:45 Decían, ¿qué prudencia, qué sagacidad,
0:09:50 qué inteligencia?
0:09:52 Todo eso al paso del elefante.
0:09:54 Claro, mirá ese elefante.
0:09:56 Qué prudencia, sagacidad e inteligencia.
0:09:59 No como mi marido que es un nabo.
0:10:02 El caballo de Estado recibía iguales consideraciones.
0:10:08 La prudencia.
0:10:09 O sea, se lo montaban con una escalera de oro y así.
0:10:12 El rey era polígamo.
0:10:15 No obstante, una sola mujer era reconocida por esposa legítima.
0:10:19 Las otras no.
0:10:21 Ahora bien, aún conociendo las prioridades de la reina,
0:10:26 las mujeres del Gineseo intrigaban con la esperanza de algún día llegar a ser favoritas.
0:10:33 El Gineseo estaba encerrado en sus propias murallas.
0:10:37 Los patios estaban plantados de azocas que eran símbolo del amor.
0:10:43 Y en la primavera las mujeres iban a los jardines
0:10:46 y tocaban el tronco para que floreciera,
0:10:50 pero lo tocaban con su pie derecho.
0:10:52 Ah, florece así?
0:10:54 Parece que sí.
0:10:56 Aparte del rey y del guardián Ebonucco,
0:10:59 ningún hombre tenía derecho a entrar en el Gineseo.
0:11:02 Todo el personal era femenino,
0:11:05 incluido un pequeño ejército que vigilaba las entradas.
0:11:08 Las mujeres iban armadas con lanza.
0:11:11 Las muchachas vivían esperando la visita real.
0:11:15 Todas las del Gineseo.
0:11:17 ¿Cuándo vendrá?
0:11:19 Cuando vendrá el rey.
0:11:21 Consagraban sus días a los múltiples cuidados,
0:11:24 digo del aceo, abluciones en jugues y remojos.
0:11:30 Sabían todo el día lavándose.
0:11:32 Algunas de ellas siempre estaban enseñando a sus papagallos,
0:11:36 me refiero a los lorros, ¿no?
0:11:38 Palabras tiernas para que las repitieran en la visita del rey.
0:11:45 Agarraban a un loro y le enseñaban...
0:11:48 ¿Y qué? ¿Eso decía el loro?
0:11:50 Sí, es un loro medio.
0:11:52 Todos los loros dicen eso, además.
0:11:54 Cuando el monarca llegaba a veces,
0:11:56 las invitaba a hacer excursiones a algún río.
0:11:59 Por ejemplo, el río de La Plata.
0:12:01 Y decenas de muchachas se desnudaban...
0:12:09 y se entregaban junto al monarca agraciosos chapoteos.
0:12:17 Esa fue el cronista que pone agraciosos chapoteos...
0:12:20 Dime, si no, a toda la chica desnuda,
0:12:22 entregándose a agraciosos chapoteos mientras decían...
0:12:25 ¿Qué prudencia?
0:12:27 ¿Qué sagacidad?
0:12:29 ¿Qué inteligencia?
0:12:32 El rey se sambullía entre ellas,
0:12:35 y se llevaba a sus bustos erguidos de juventud.
0:12:38 El cronista ya entró en un camino que no tiene retorno.
0:12:42 Nena, qué busto erguido de juventud.
0:12:46 Mucho busto...
0:12:49 encantado.
0:12:51 Y dice que estos bustos erguidos de juventud
0:12:54 hacían temblar los lotos...
0:12:57 al agitar las aguas.
0:12:59 Sí, la flor de loto.
0:13:01 Cuando volvían al gineseo, ya con los dedos arrugados,
0:13:04 de tanto estar en el agua,
0:13:06 se naban.
0:13:10 Luego se unían en el salón reservado a las danzas,
0:13:14 sentadas en gracioso desorden,
0:13:17 esperaban la llegada del rey.
0:13:20 ¿Cómo se estaba ahí?
0:13:22 Bueno, pero pero...
0:13:24 Entre ellas circulaba la enana manasica,
0:13:28 y el corto había mananica.
0:13:30 ¿Qué hace mananica?
0:13:32 Que se vestía con ropas masculinas,
0:13:35 y su función era distraer a las bellezas con sus gracias.
0:13:39 Ah, ja ja ja.
0:13:41 Y así transcurría la vida cotidiana,
0:13:44 ociosa,
0:13:46 acompasada por las visitas del rey.
0:13:49 Una maravilla.
0:13:51 Todo esto que hemos visto.
0:13:53 Al principio no me gustaba ser rey,
0:13:55 pero ahora sí.
0:13:57 Ahora que me gustó la parte...
0:14:00 El gracioso chapoteo.
0:14:02 El gracioso chapoteo.
0:14:06 Y después también se iba algo gracioso,
0:14:08 cuando se juntaban ahí...
0:14:10 La enana mananica.
0:14:12 Claro, con la enana.
0:14:14 No, a mí me gustaba también el gusto erguido.
0:14:17 Bien, he ido a la discoteca a pedir un disco cualquiera.
0:14:22 No hay tangos hindúes, le he dado claro.
0:14:24 Pero se hizo contar...
0:14:26 Sí, el paso de defantito me ofreció este hombre.
0:14:30 Que se hizo contar varias veces la historia y le gustó.
0:14:33 Y él dijo que...
0:14:36 que conocía una mina que estaba fenómeno.
0:14:39 Bueno, qué tiene que ver, señor rey.
0:14:41 Sí, venía al caso que estábamos hablando del chapoteo,
0:14:43 que un día le invitó a ir a la barranca.
0:14:47 Y la mina dice que hacía también graciosos chapoteos.
0:14:50 Y muy grandes chapoteos,
0:14:52 porque era una mina un poco robusta, me dijo.
0:14:54 O sea, olease.
0:14:56 Se parecía prácticamente un tsunami, me dijo.
0:15:00 Señor, no, esto es algo más... más...
0:15:03 Yo le digo lo que me dijo el discotecario.
0:15:06 Y como el rey siempre estaba primero en todo,
0:15:09 me dijo este tango, que se llama primero yo.
0:15:12 Primero yo es un lindo tanguito que va a cantar el mundo rivero
0:15:16 y que fue compuesto dedicado a los monarcas de la India.
0:15:50 Yo te di los mejoros ejemplos de educación,
0:15:54 pero ya estoy convencido que por tu cabeza dura
0:15:58 no debes perder el tiempo en darte tanta presión.
0:16:03 Sé que un olfino lo safáne de tus duplicados ruegos
0:16:10 y como el amor es ciego en tu fibrada mujer.
0:16:18 Me adoraste ciegamente y tan ciegate sentiste
0:16:24 que una tarde te perdiste y fue para no volver.
0:16:32 Para mí no has pelechado, sos siempre la misma cosa
0:16:37 por mucho que galantes al pasar en tu renón.
0:16:41 Eras parentes en tus modales, una moral desastrosa.
0:16:45 No has cambiarte de afero, pero de noctumbres no.
0:16:48 Nosotros hemos tenido un diferente destino,
0:16:52 no te fuiste para arriba en placer, te irá a sensión.
0:16:56 Yo me quedé empantanado en la mitad del camino,
0:17:00 a vos te ayudó la suerte y a mí me deseré el amor.
0:17:05 Primero yo forma fuerte, que te piante bien la guita.
0:17:12 Verás las páginas critas de los que mueren nuestro amor.
0:17:19 Y aunque la viva gozando entre vacares dichosos
0:17:26 en la lista de tus bosos, primero, primero yo.
0:17:37 Era el mundo rivero en la venganza, será terrible, primero yo.
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