Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza, será terrible, estamos hoy en vivo, aquí en nuestro
0:00:07 calponcito de radio del Plata, en la calle de Gorriti 5963 de la ciudad de Buenos Aires,
0:00:13 los esperamos todas las semanas, estaremos aquí. Hay gente que me está apuntando en
0:00:17 el Twitter de Arroba la Venganza Radio, que algunos datos que lidera la fórmula E son
0:00:22 inexactos. No puede ser, es que la gente, así como
0:00:26 es especialista en inglés, también es especialista en fórmula E. Ya me parecía que usted no
0:00:32 tenía razón. No, me dicen que...
0:00:34 Efectivamente deben andar a muy baja velocidad. Yo creo que máxima velocidad que yo he visto
0:00:39 en un autoeléctrico, le estoy hablando del parque de la ciudad...
0:00:46 Del Italpar y todas esas cosas.
0:00:48 ...y todo eso, serán 10 kilómetros por hora.
0:00:50 Bueno, pero eso es otra cosa.
0:00:51 Entonces usted está sembrando el descontento.
0:00:54 No, van a velocidad, pero aquí me apuntan que no cambian la batería, sino que cambian el auto entero.
0:00:59 Ah, mira que vivo.
0:01:01 No, no percibí eso. No lo distraje.
0:01:04 Es como quien cambia de caballo, en las postas. Hay que hacer postas con los autos eléctricos,
0:01:13 como antes agarrabas caballo fresco.
0:01:17 Qué lindo eso.
0:01:18 Y ahora llegas con tu auto y te vas con otro, mientras van descansando el otro auto.
0:01:22 Sí, no, lo tienen ahí exactamente ahí.
0:01:24 Salvo las postas de gente pesada, como podrían ser los partos.
0:01:32 O los mormones durante la fielbre del oro, que te cambiaban.
0:01:39 Dos caballos frescos por tres cansados.
0:01:42 Qué sucede a lo largo de los años ya?
0:01:48 Tenés cada vez más caballo.
0:01:50 Te das cuenta y tenés cada vez más caballo.
0:01:54 ¿Por qué será?
0:01:56 Sí, lo cambiosé eso.
0:01:58 10 buitres por cada.
0:02:02 Bueno, nada más.
0:02:06 ¿Qué nos va a convocar?
0:02:07 Vamos a hablar hoy de los aloadas.
0:02:09 El otro día hablamos de la gigantomaquia, de la guerra de los gigantes.
0:02:15 Vamos a hablar hoy de un episodio que viene a continuación.
0:02:22 Pero más que venir a continuación, me parece que es una énfasis de la anterior.
0:02:29 Es como una repetición.
0:02:31 Incluso el otro día yo di algunos datos inexactos,
0:02:36 dando como parte de la gigantomaquia,
0:02:40 algunos episodios que son parte de la leyenda de los aloadas.
0:02:46 Vamos a empezar por el principio.
0:02:48 Había una chica que se llamaba Efimedea, la tipa.
0:02:54 Y estaba casada con el señor Aloeo.
0:02:57 Pero, vio como son las cosas, mi querido amigo,
0:03:01 si había enamorado Efimedea del Dios Poseidón
0:03:06 y tenía la costumbre de pasear a orillas del mar,
0:03:12 en la inteligencia de que Poseidón era precisamente el Dios del mar.
0:03:17 Bueno, claro.
0:03:19 Y, ¿saben lo que hacía esta chica?
0:03:23 Tomaba olas con la mano, así agüita,
0:03:27 y se la tiraba al regazo, por decirlo así.
0:03:31 Como las viejas en la orilla.
0:03:33 ¡Ay, agüita, agüita, agüita!
0:03:35 En fin, Poseidón, que no era de madera, le dio dos hijos.
0:03:42 Otto y Efialtes, dos mellos.
0:03:48 Ahora bien, eran dos muchachos gigantescos,
0:03:57 dos muchachos enormes,
0:03:59 y cada año crecían más, crecían seis pies más,
0:04:04 de alto y dos más de ancho.
0:04:09 Cuadrados.
0:04:11 No, porque crecían menos de ancho que de alto.
0:04:14 Ah, dos y dos no eran, ¿saben?
0:04:16 No, no, seis pies de alto, un 80 y 60 centímetros crecían de ancho.
0:04:22 Y siguen haciendo cada vez más ancho y más alto.
0:04:26 Por ahí, un día, empezaron a pensar que eran muy grandes y muy poderosos.
0:04:34 Y se dice, ¿qué te parece si robamos el alimento de la inmortalidad de los dioses?
0:04:41 Era, desde luego, el néctar, era el escabio,
0:04:47 y ¿cómo se llamaba esa cheesecake que comían ellos?
0:04:53 Bueno, ahora voy a arrolar.
0:04:55 El néctar era la bebida y la comida era la ambrosilla.
0:04:58 La describía la ambrosilla precisamente como una especie de torta de queso.
0:05:03 Querían afanar eso porque comiendo eso, iban a volverse inmortales.
0:05:08 Así mismo, querían aprovechar para desterrar a los dioses olímpicos
0:05:15 y gobernar ellos el mundo.
0:05:19 Y bueno, también, dijeron, el mayor, Fialtes,
0:05:29 dijo que si quería casar con la reina era.
0:05:33 Le gustaría ya para coronar todo ese asunto, casarse con la reina era.
0:05:39 Y el otro, Otto, dijo, yo me casaré con Artemis.
0:05:44 Casarse con Artemis era mucho más difícil porque era
0:05:48 la hermana cazadora de Apolo,
0:05:53 y odiaba el sexo y odiaba el casamiento, y era casta por naturales.
0:06:01 Bueno, dice Otto y Fialtes, y que era más, vamos a invadir el olimpo.
0:06:10 Entonces tomaron, yo creo que nombré este episodio como perteneciente a la gigantomaquia,
0:06:18 tomaron el enorme monte Pelión y lo colocaron encima del monte vecino al olimpo,
0:06:26 que es el OSA.
0:06:28 ¿Para qué? Para poder tirar rocas sobre el olimpo desde arriba.
0:06:32 O sea, eran grandes pero no estúpidos.
0:06:37 Bien, y empezó la guerra.
0:06:41 Tomaron al dios Ares y lo encerraron adentro de una jarra de cobre.
0:06:49 Lo metieron ahí, le ataron las manos y las patas,
0:06:52 y lo metieron ahí, 13 meses lo dejaron encerrar ahí.
0:06:55 Bueno, no sé para qué pero lo deserraron.
0:06:59 Entonces, bueno, Apolo, el hermano de Artemis, estaba muy preocupado.
0:07:05 Dice, ¿qué hacemos con estos tipos?
0:07:10 Y Artemis dijo, no me voy a casar, nunca así que bla, bla, bla.
0:07:15 No, dice Apolo, vos tenés que prometerle que sí que te vas a casar.
0:07:20 Vos, andar y prometerle, me voy a casar con vos, a Otto.
0:07:25 Con eso solo vas a ver, que vas a generar algún inconveniente en el frente interno.
0:07:35 Le vas a causar algún problema.
0:07:41 Alguna gente debería leer estas cosas.
0:07:44 Y entonces, fue Artemis, pero dice, pero no te cases,
0:07:48 vos andáis de sí que te querés casar nada.
0:07:50 Fue Artemis.
0:07:51 Hola, Otto, qué tal.
0:07:53 Me dijeron que vos querías casarte conmigo, sí.
0:07:55 Bueno, me casaré.
0:07:58 Entonces, el otro, el fial, te dice,
0:08:03 ¿cómo y dónde estás ahí, era?
0:08:05 No me quería casar con él, ¿a qué le pasa?
0:08:08 Yo venía a casar con él, te dice, un Gil.
0:08:13 Y era, no, no me pareció.
0:08:15 Bien, ¿cómo es esto?
0:08:16 Y entonces el otro empezó a cargar.
0:08:18 ¿Estás grandado, Otto?
0:08:20 Sí, y se daba, bueno, pero vos sos más fulero que yo,
0:08:22 que haces y todas esas cosas.
0:08:24 Y empezaron a pelear.
0:08:28 Y uno dice, ¿sabe qué pasa?
0:08:32 Que yo soy mucho mejor en la guerra,
0:08:34 manejo mucho mejor el arco que vos.
0:08:36 Y entonces, en ese momento, Artemis se convirtió en una sierva.
0:08:43 Y empezó a correr justo entre los dos hermanos.
0:08:48 Los dos sacaron el arco para ver quién la casaba
0:08:51 y maniobró con tanta malevolencia, Artemis,
0:08:57 que los dos le dispararon a la sierva, fallaron
0:09:01 y terminaron encertándose el uno al otro.
0:09:05 Y aquí se violentó una promesa.
0:09:12 Era, había comentado entre los dioses
0:09:17 que estos dos muchachones
0:09:19 no podían ser matados ni por un dios, ni por un mortal.
0:09:25 Bueno, estamos enromados, si no lo puede matar un dios
0:09:29 y no lo puede matar un mortal, ¿quién los va a matar?
0:09:32 Respuesta, se mataron entre ellos.
0:09:35 Y es que tenía razón a Polo, que se lo había advertido a Artemis.
0:09:41 Artemis le dijo, pero ¿qué puedo hacer yo si está escrito
0:09:46 que ningún hombre, ningún dios, no puede matar?
0:09:51 Hay una profecía.
0:09:53 Y a Polo le dijo algo que todos debemos tener en cuenta.
0:09:58 Dijo, siempre hay una trampa en la profecía.
0:10:04 Y es verdad, la profecía es sinónimo de trampa.
0:10:08 Cada vez que hay algo que se promete,
0:10:11 que hay un don que se confiere,
0:10:14 que hay una condición que se impone, es la trampa.
0:10:18 Es la trampa de los dioses, pero más que nada, es la trampa del destino.
0:10:24 Es casi una metáfora del lenguaje, la profecía.
0:10:33 Lo que se puede decir de una manera, también puede decirse de otra,
0:10:39 o lo contrario, de algo puede decirse de la misma manera que se dice ese.
0:10:48 Estas, estas, esta pluralidad de significado, esta policemia,
0:10:56 es el origen de las trampas de los oráculos.
0:11:02 De modo que así quedaron estos muchachos muertos.
0:11:11 Ahora bien, la madre tierra, que era la que los había instigado,
0:11:16 que había llenado la cabeza, vallan, que ustedes van a dominar el mundo,
0:11:20 que ese yo hizo un último intento por deshacer de los dioses olímpicos,
0:11:29 que los tenía entre seja y seja, y creó a Tifón, el mayor monstruo jamás visto.
0:11:37 Tenía la cabeza de haznos, orejas que tocaban las estrellas,
0:11:41 a las que oscurecían el cielo y una masa de serpientes enroscadas en lugar de piernas.
0:11:48 Bueno, Tifón aterrorizó hasta tal punto a los dioses del olímpico,
0:11:54 que salieron todos corriendo y huyeron a Egipto.
0:12:00 Zeus se fue disfrazado de carnero.
0:12:04 Era de vaca, a polo de cuervo, posidón de caballo,
0:12:09 arte mezcligato montés, hares de cabalí, hermes de gruya, etcétera.
0:12:16 Y sólo Atenea se negó a moverse.
0:12:19 Llamó cobardia a Zeus y se declaró avergonzada de reconocerle como padre.
0:12:24 Entonces Zeus se sonrojó, volvió a adoptar su forma habitual
0:12:29 y arrojó un rayo contra Tifón y lo hirió más o menos en el hombro.
0:12:36 Tifón entonces se enojó y lo agarró a Zeus y le dio la salsa.
0:12:43 Lo fajó. Le pegó un montón de trompadas hasta dejarlo amoratado
0:12:50 y para completarle arrancó los tendones de los pies y de las manos
0:12:55 para dejarlo en defensa. ¿Qué cosa tan rara?
0:12:58 Que proligerad.
0:13:00 Y dejó esos tendones al cuidado de un monstruo hembra llamado Delfine.
0:13:07 ¿Qué hace Delfine?
0:13:11 Y entonces una vez que terminó con Zeus, pidió a las parcas que andaban por ahí
0:13:18 que le dieran una medicina porque le dolía el hombro en donde Zeus le habían cajado un rayo.
0:13:25 ¿En dónde es Zeus?
0:13:28 Silenciosamente las parcas le entregaron unas manzanas y siguieron hilando.
0:13:36 Tifón mascó la fruta con sus enormes dientes pero las parcas lo habían engañado.
0:13:42 Le habían dado las manzanas de la muerte y Tifón se sintió más y más débil
0:13:49 a medida que el veneno iba haciendo ese efecto.
0:13:53 Mientras tanto Hermes, Apolo y Pan visitaron la cueva de Delfine a la noche.
0:14:00 De pronto Pan dio uno de esos gritos tremendo que siempre daba.
0:14:05 Era famoso por esos gritos que causaban terror en quien lo soía, un terror pánico.
0:14:13 De pronto Pan dio uno de sus gritos, el monstruo se asustó
0:14:19 y entonces Hermes entró, robó los tendones de un cajoncito que había bajo la cama
0:14:27 y lo colocó una vez más y fácilmente sin grandes esfuerzos de cirugía
0:14:36 en las manos y en las patas de Zeus.
0:14:39 Seguidamente todo se resolvió rápidamente.
0:14:42 Apolo mató con una flecha de Delfine.
0:14:45 Zeus, ya una vez en uso de sus miembros, arrojó grandes cantidades de rayos contra el débil Tifón
0:14:55 y finalmente lo aplastó con una enorme roca.
0:14:59 Esta roca, amigos turistas, hizo ahora el monte Etna ahí en Sicilia.
0:15:09 Parece mentira, ¿no?
0:15:11 De vez en cuando el aliento ardiente de Tifón sube con fuerza por el cráter
0:15:18 sacando humo, lava y piedra pómez.
0:15:23 Ahora, ustedes se preguntarán qué fue de los dos hermanos, de Otto y Efiates,
0:15:33 a dónde los tiró.
0:15:34 Bueno, los mataron y después lo mandaron al tártaro
0:15:38 y aún en el infierno siguieron sus penúrias.
0:15:46 En principio cuando llegaron al tártaro lo primero que se hizo fue rescatar a Ares
0:15:52 y estaba todavía ahí metido adentro de la jarra de cobre.
0:15:59 Y todavía hoy prosigue el castigo de los alohadas que fueron atados conserpientes a una columna
0:16:09 donde una lechusa los atormenta gritando sin cesar.
0:16:16 Sin embargo, algo hicieron, Otto y Efiates.
0:16:22 Fundaron ciudades en Tracia, la ciudad de Aló, y en Elicón, la ciudad de Azkara,
0:16:32 ciudades fundadas por estos dos muchachos,
0:16:36 que además habían anunciado una novedad geográfica
0:16:40 si ellos se hacían cargo del universo.
0:16:43 Habían dicho que iban a colmar el mar con los montes hasta secarlo
0:16:48 y pondrían el agua donde hasta entonces se había estado la tierra.
0:16:54 Todas esas calamidades habían anunciado, pero no pudieron cumplirla.
0:17:03 O sea, no siempre se pueden cumplir.
0:17:09 Esta fue la guerra de los alohadas, algunos detalles.
0:17:19 Después de muertos ya no siguieron creciendo.
0:17:22 Hay gente que pregunta, gente interesada en estas cosas jurídicas,
0:17:28 bueno, que una vez que se morían siguieron creciendo.
0:17:31 No, no. Nadie creció.
0:17:33 Habían crecido mucho.
0:17:36 Nos quedaron como quedaron.
0:17:38 Tendrían ponerle un 80 por año crecía.
0:17:42 Sí, cuántos años tenían.
0:17:44 En 10 años y 18 metros.
0:17:46 En 20 años tendrían con el cito 36 metros.
0:17:51 36 metros.
0:17:53 Estaban grandotes.
0:17:55 Así que fíjese.
0:17:58 Hemos ido a la discoteca.
0:18:03 Y nos hemos encontrado con una canción de Alfredo Citarroza,
0:18:07 que canta Alfredo Citarroza.
0:18:10 Que ha sido compuesta en recuerdo de los alohadas.
0:18:17 Ah, sí, Citarroza de compuso, sí.
0:18:22 Se llama Los Hermamos.
0:18:25 Por la letra no parece.
0:18:27 No, claro, me dice nada.
0:18:29 Pero veo cómo es el autor siempre trata de disimular
0:18:34 para quedar bien con el comisado.
0:18:37 Así que vamos a escuchar ahora Los Hermanos
0:18:40 por Alfredo Citarroza.
0:18:46 Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar.
0:19:04 En el base la monta en la papa y en el mar.
0:19:10 Cada cual con sus trabajos, con sus sueños.
0:19:15 Cada cual con la esperanza de ángeles.
0:19:19 Con los respuertos detrás.
0:19:22 Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar.
0:19:40 Gente de mano caliente, por eso de la vista.
0:19:46 Con un lloro pa llorar, con un rezo pa rezar.
0:19:52 Con un horizonte abierto que siempre está más allá.
0:19:58 Y esa fuerza pa buscar, con tesón y voluntad.
0:20:04 Cuando parece más cerca es cuando se aleja más.
0:20:09 Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar.
0:20:28 Y así seguimos andando, últimos de soleas.
0:20:34 Nos perdedo con el mundo, nos volvemos a encontrar.
0:20:40 Y así nos reconocemos por el vejado mirar.
0:20:46 Por las coplas que bordez, semillas de invenciar.
0:20:52 Y así seguimos andando, curtidos de soledad.
0:20:58 Y en nosotros nuestros muertos pa que nadie quede atrás.
0:21:10 Y una novia muy hermosa que se llama libertad.
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