https://es.wikipedia.org/wiki/Louis_François_Armand_de_Vignerot_du_Plessis
Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, continuamos en la verganza, será terrible, estamos en el legal poncito de la
0:00:07 calle Gorriti 5963, mañana a la medianoche también estaremos aquí y el viernes haremos
0:00:13 la matiné de los viernes para las señoras mayores, será a las 20 y 30 horas.
0:00:21 Contaremos hoy una aventura del duque de Richelier.
0:00:26 Como sabemos fue un gran seductor, su nombre era Louis Francois Armand Duplessis y había
0:00:35 nacido en 1698, era el sobrino nieto del carrenal Richelier el verdadero, o sea el de los tres
0:00:43 moqueteros, el protagonizado por Vincent Prince, bueno ese era, y había heredado sus riquezas.
0:00:51 El duque de Richelier era un hombre elegante que andaba por el Palacio de Versalles, constantemente
0:00:58 metido en intrigas amorosas, marcaba 1.33 la mella y era capaz de domar una vestruza
0:01:05 de galopes, cualquier colectivo lo dejaba en la puerta.
0:01:10 Los cronistas hablaban de un magnetismo impetuoso que las muchachas no podían resistir, dicen
0:01:19 que verdaderamente hechizaba a las mujeres que se cruzaban en su camino por no decir otra
0:01:25 cosa.
0:01:26 Algunas, bueno, ya venían hechizadas de la casa.
0:01:31 Además de las intrigas amorosas Richelier participó en varias conspiraciones cortesanas,
0:01:37 en una de ellas había estado en tratos con España para apoderarse del regente francés
0:01:43 Felipe de Orleans que gobernaba, saben ustedes, durante la niñez de Luis XV.
0:01:49 Mientras Luis XV era un niño Felipe de Orleans era el regente, era un muchacho Felipe también
0:01:57 muy aficionado a las orgías y hablaremos de él.
0:02:00 Bueno, la idea de esta conspiración era la siguiente, llevarse cuestrado a Felipe al
0:02:09 otro lado de los Pirineos, dicho esto en Francia, porque para nosotros el otro lado
0:02:15 de los Pirineos depende de por dónde encaremos.
0:02:19 Entienden?
0:02:20 Si usted está en Francia el otro lado de los Pirineos se sepaña.
0:02:27 Hay que pasar los Pirineos por el paso de Sampor o Camfrán, se llaman los dos pasos
0:02:34 clásicos.
0:02:35 Ahora supongo que podrán pasar por miles de lugares.
0:02:40 Bueno pero la idea era llevarse a Felipe a España y ciertas cartas que lo acusaban
0:02:47 fueron interceptadas y Richelier, Richelier terminó la Bastilla.
0:02:53 Lo encerraron en la más repugnante de todas las celdas, dice el cronista, queriendo decir
0:03:00 que lo encerraron en una celda repugnante, porque cuesta creer que hayan hecho un agosto
0:03:05 de evaluación de la repugnancia de cada celda para que no existiera ni una sola más
0:03:10 repugnante que la del Duque Richelier.
0:03:13 Parece que sin embargo no había así ni una silla para sentarse, ni un catre donde dormir,
0:03:19 las ratas eran sus únicos acompañantes.
0:03:22 Bueno, entonces una suerte, estar en el no a celda repugnante y además tener que soportar
0:03:26 la compañía, pongamos por caso de un psicótico, un asesino, etcétera.
0:03:32 Es preferible que no haya nadie o que haya ratas.
0:03:35 El Duque de Richelier supo que así lo tendrían hasta el día de su muerte o incluso hasta
0:03:41 el día después de su muerte.
0:03:43 Hay que decir además que el regente Felipe de Orleans lo odiaba porque el Duque le había
0:03:49 robado unas cuantas menas, situación en la que se hallaba casi todo el reino de Francia.
0:03:57 Pero sucedió algo.
0:03:58 La hija del regente, la hija de Felipe de Orleans, vamos a hacer evaluar profundamente
0:04:04 enamorada de Richelier, declaró que se suicidaría si este hombre, al que amaba, no era puesto
0:04:11 en libertad.
0:04:12 La muchacha no había andado nunca con el Duque, pero estaba enamorada de él.
0:04:20 Entonces le dijo al padre, ahí dice papá si no lo largan me suicido.
0:04:26 Las lágrimas de la muchacha y sus ruegos y sus amenazas fallaron porque el corazón
0:04:31 de Felipe no se ablandó.
0:04:34 El Duque de Richelier debía permanecer en la Bastilla.
0:04:38 Chau.
0:04:39 Tiempo más tarde, ya desesperada, más más el de Valois fue hasta la celda del Duque
0:04:45 a altas horas de la noche y llevaba velas, bombones y otras cosas.
0:04:52 Y además llevaba 200.000 libras que no sé cuántos eran.
0:04:56 Calculo que mucho.
0:04:58 ¿Para qué la llevaba?
0:04:59 Para sobornar al carcelero.
0:05:01 Pero no lo logró.
0:05:03 En fin, volvió a llorarle entonces a Felipe, a su papá, y seis meses más tarde nada más
0:05:09 que para que...
0:05:11 Bueno, Felipe se dio.
0:05:13 Pero en realidad la liberación tuvo un precio, ¿no?
0:05:16 Para disponerla, el regente Felipe impuso a su hija la obligación de casarse con el
0:05:24 Duque de Modena.
0:05:27 Y ya rato, ya que Felipe trataba de casar a su hija con el Duque de Modena y la chica
0:05:33 nunca había aceptado.
0:05:35 Bueno, se hizo el pacto y se volvó a Llargalo, a Richelier y yo me caso con el Duque de Modena.
0:05:44 Era... era bravo porque ya no lo quería.
0:05:49 El Duque de Modena además implicaba irse a vivir a Modena, ahí donde se corren las
0:05:54 carreras de arte.
0:05:55 Qué lindo, igualmente.
0:05:58 Bueno, y... y si no lo hacía.
0:06:01 Bueno, sí, papá, yo me voy a casar con ese punto, pero Llargalo.
0:06:06 Hay que decir que el Duque de Richelier, a modo de agradecimiento, antes de que la hija
0:06:12 del regente concretara su casamiento y su partida, la visitó durante una semana en
0:06:18 sus aposentos.
0:06:20 ¿Quién es?
0:06:21 El Duque de Richelier, eh.
0:06:23 Y bueno, entre agradecimiento y agradecimiento, así la pasaron bien.
0:06:27 Unos días más tarde, vamos a hacer de Valois, partió hacia Italia.
0:06:33 Según los cronistas, la muchacha amaba mucho Richelier y no podía olvidarlo.
0:06:40 No podía.
0:06:41 Llegó a Modena y ya el otro día nomás empezó a suspirar por su amante, empezó a mandar
0:06:46 unas cartas en las que le suplicaba que fuera hasta esa.
0:06:52 Y dice, venía hasta mí, firmado, vamos a hacer.
0:06:56 Aquí tengo una.
0:06:57 Tiene una hora.
0:06:58 Tengo una de las cartas, mira.
0:07:00 Qué bien conservado está eso.
0:07:03 Dice así, ven a verme, pero hazlo disfrazado para que nadie pueda reconocerte.
0:07:12 Hablaba un poco malo.
0:07:14 El Duque recibió la carta y dice, después de todo esta mina me salvó de la muerte,
0:07:21 así que voy a ir.
0:07:22 Unas semanas más tarde, el Duque de Richelier, disfrazado de vendedor ambulante con una
0:07:30 bolsa de libros en la mano, entró en la ciudad de Modena.
0:07:34 Libros, libros, en fin.
0:07:37 Llegó a una posada, se inscribió, como Giorgio Gasparini, vendedor de libros.
0:07:44 La mañana Richelier, con todos los libros, se presentó en el Palacio de Modena y mostró
0:07:51 sus libros a las damas de la corte.
0:07:54 Mademoisel estaba por ahí, pasó frente a él y Richelier le hizo unos guiños, que
0:08:02 se yo.
0:08:03 Habrá hecho así.
0:08:04 Soy yo.
0:08:05 Un objeto.
0:08:07 Y la mina se dio cuenta de que era su amante.
0:08:10 Con tuvo la emoción, le dirigió la palabra con mucha cortesía y fingieron.
0:08:17 Ella fingió interés en una obra que al parecer el tipo no la llevaba consigo.
0:08:22 Y le dijo, ah, dice, aquí no la tengo, pero te la alcanzaré mañana en el Palacio.
0:08:30 Te la pido.
0:08:31 Bueno, muy bien.
0:08:32 Al otro día se presentó Richelier, siempre disfrazado, y fue conducido a Mademoisel
0:08:38 de Valois.
0:08:40 Ni bien se cerró la puerta del aposento.
0:08:43 Ella cayó en su fraje.
0:08:46 Ah, mire.
0:08:47 Disculpe, me ha que se lo diga.
0:08:49 Según los cronistas, solo se permitieron unos instantes de amabilidad y nada más.
0:08:56 Está bien.
0:08:57 Qué tanto, viste.
0:08:58 Si estamos desesperados por caer el uno en los brazos del otro, no vamos a empezar
0:09:02 como estás, quisiste.
0:09:04 Ay, mirad, estoy bien, no sabes.
0:09:07 Mi marido me compró esto.
0:09:09 Acá la comida es más, no, no voy a empezar.
0:09:11 Directamente cayeron uno en los brazos del otro.
0:09:16 Pero además, también hay que decir que la situación era peligrosa.
0:09:21 No daba para estas conversaciones porque en cuanto se enteraban del asunto, el primer
0:09:25 finado, era este muchacho, no?
0:09:28 El buche de Richelier.
0:09:30 Era peligrosísimo.
0:09:31 Así que había que hacerlo rápido y discretamente.
0:09:34 Al día siguiente Richelier se presentó de nuevo con otro paquete de libros.
0:09:43 Inmediatamente fue introducido en un salón de lectura y el lugar, era un lugar íntimo
0:09:50 de Mamosel, estaba lleno de recuerdos de los días posteriores a la liberación de Richelier,
0:09:58 esos días en que él la visitó.
0:10:00 Un baquete de cinco días.
0:10:02 Había, por ejemplo, un rulo del duque encerrado en un pequeño altar coronado por dos corazones
0:10:10 enlazados.
0:10:11 Yo llegó a ver eso y se ve como se algo rejando.
0:10:18 Díganle a Madán que voy a buscar un libro, a Tarequina y no me coman.
0:10:23 El caso es que Mademoisel le confesó que desde que se habían separado cada día había
0:10:29 besado aquella religión, el rulo, ¿no?
0:10:32 Y había derramado lágrimas sobre ella.
0:10:35 ¿Qué puntería?
0:10:36 Sí, era un rulo.
0:10:37 Las lágrimas sobre un rulo no son fáciles.
0:10:40 Me imagino la mina llorando, convocando a propósito pensamientos tristes para aumentar
0:10:47 el flujo de lágrimas.
0:10:49 Y luego apuntando con el ojo, así como un B-52 de la Segunda Guerra Mundial, para que
0:10:56 la lágrima que ayer ajustó sobre el rulo del ser amado.
0:11:00 Bueno, mis lágrimas sobre tu rulo es un lindo bolero.
0:11:06 Hermoso.
0:11:07 Es un lindo bolero.
0:11:09 Bueno, todos los días se encontraban un rato hasta que en una ocasión el vendedor de
0:11:16 libros se entretuvo demasiado y el duque de Modena regresó inesperadamente de una
0:11:24 casería y antes de que los amantes pudieran despedirse, entró en la habitación.
0:11:29 Sin embargo, el duque, el duque de Modena, digo, no vio nada extraño.
0:11:36 Mademoisel de Balmau, estaba leyendo en voz alta y el duque, disfrazado del vendedor,
0:11:43 la escuchaba.
0:11:44 ¿Cómo se disfraza uno de vendedor?
0:11:46 Es raro, no hay.
0:11:49 Solo con la bolsa de libros.
0:11:51 Claro, está.
0:11:53 Bien, se presentó, Rijellier como Giorgio Gasparini, y se despedió, Rijellier que volvería
0:12:00 con otros volúmenes que la mujer quería hablar.
0:12:02 Ahora bien, el duque de Modena entró en conversación con aquel personaje y lo encontró divertido.
0:12:09 Le gustaba escuchar las historias de la acorde francesa que el vendedor contaba.
0:12:15 En un momento, el esposo preguntó, ¿y qué me contáis de ese gran ribón, el duque de
0:12:21 Rijellier?
0:12:22 ¿En qué nuevos enredos andará metido ahora?
0:12:26 Y el duque de Rijellier, muy serio, le respondió.
0:12:29 Señor, el duque de Rijellier es uno de mis mejores clientes.
0:12:35 Y luego le contó el duque de Rijellier al de Modena lo siguiente.
0:12:41 Me han dicho que Rijellier ha hecho una apuesta afirmando que vendrá Modena y a vuestro
0:12:52 pesar no me sorprendería que lo lograra.
0:12:58 Ya anda compadreando.
0:13:00 El duque de Modena se rió.
0:13:02 Digo Modena, no sé por qué.
0:13:05 Y como si desafiara a Rijellier, dijo que lo intente si es capaz que se lo haga por el estilo.
0:13:16 ¿No estaría sospechando ya?
0:13:18 No, sabe que no.
0:13:20 Bueno, así por el propio marido de Mademoiselle de Valois, Gasparín y Céz constituyó en
0:13:29 Rijellier todos los días.
0:13:31 Primero conversaba con el duque de Modena y cuando él se aburría se encontraba con Mademoiselle
0:13:38 en la biblioteca.
0:13:40 El duque de Modena nunca se enteró de engañar.
0:13:45 Incluso se exactaba de haber derrotado a Rijellier y de haber hecho que él perdiera una apuesta.
0:13:53 Y después los encantos de Mademoiselle de Valois comenzaron a aburrir al duque de Rijellier.
0:14:02 Ya se sabe cómo son los encantos.
0:14:05 Y entonces como extrañaba algunas chicas del parácio de Versales, abandonó aquella amante que lo había salvado
0:14:13 y regresó a París.
0:14:15 Ella permaneció en silencio.
0:14:17 Nunca le contó nada a su padre ni a su marido.
0:14:21 Esperó el regreso de su amado en Italia, pero lo hizo en vano ya que Rijellier no volvió a verla jamás.
0:14:31 Según los cronistas, Mademoiselle vivió llorando hasta el fin de su día, adorando aquel mechón,
0:14:38 aquel rulo que se alzaba en un improvisado altar del salón de lectura.
0:14:46 Un improvisado es una comodidad, no era improvisado.
0:14:49 Era construido con toda premeditación y con toda puntillocidad.
0:14:54 Una vez hay tópicos del escribir profesional que son espacios.
0:15:02 Sí, el improvisado lo tiene muy a mano.
0:15:04 Claro, bueno muy bien.
0:15:06 Las aventuras de Rijellier continuaron en París, pero bueno, esas son otras historias.
0:15:13 Digamos que vivió hasta los 90 años rodeado de mujeres,
0:15:17 frecuentando la amistad de su amigo Volter, el amigo de él y amigo Sulto también.
0:15:25 Volter lo ayudó y lo secundó en sus conquistas.
0:15:31 Y esta es la historia que queremos contar hoy.
0:15:36 El duque de Rijellier, vamos a hacer de evaluar a la hija del regente, Felipe de Ordeal,
0:15:42 el pobre duque de Modena, casado con una mujer que amaba a otro, no sé a quién le caeré esto.
0:15:52 Me parece que a Rijellier.
0:15:55 Rijellier por lo menos fue.
0:15:57 Después se agurrió y se volvió, pero por lo menos otro ni va.
0:16:01 No, no, además puso empeño en diseñar la situación.
0:16:06 Claro, no es que buscaba anotarse un trunfo fácil.
0:16:13 Hemos sido la discoteca y hay una milonguita muy hermosa que va a cantar Alberto Merlo,
0:16:19 acerca del duque de Rijellier que se llama El Poderoso y que es un hombre que cuenta sus conquistas.
0:16:26 Escuchemos la, ya mismo, a grande.
0:17:01 El caro delata que gane las romerías.
0:17:10 Va aquí a no pa' los convictes y más, habiendo mujeres, compré el de esquina y los perez.
0:17:18 Un paquetón de convictes, se echaron a hacer sequites y raíce la paisanada.
0:17:26 Y en más de una versiada que le iba la golosina, a cada una de las chinas le caiba como pintada.
0:17:39 Yo como siempre prudente gané pa' el lado del alero.
0:17:45 Les pegué un chirgo al sombrero pa' bajarle la la al frente.
0:17:50 Cuando por ahí, un repente, alguien pronunció mi nombre y que ninguno sea sombre,
0:17:57 pues la cosa no es mentira.
0:17:59 Saben quién era la elvira a la que lo nombraba este hombre.
0:18:09 Y ya quédense en confianza, les di a contar una cosa.
0:18:15 Por este varón la rosa se peleó con la esperanza.
0:18:20 La muchacha el Vasco Gaisa, aquella de trenzarrala, la que anduvo con Juan Salah,
0:18:28 la recuerdan o no lo ubican la hermana del Udo Bica, que también arrastre la la.
0:18:36 Pero entre todas hay una que no me está a unombrarla pa' que yo pueda mirarla.
0:18:47 Dios le dio al cielo la luna agua manza de laguna, donde se baña el lucero,
0:18:55 armonías de un giguero emborrachado de luz le juro por esta cruz.
0:19:02 Por ella me juego entero.
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