Aprovecho que me despertó el trueno de un rayo que cayó a dos cuadras de casa para largar algo que me quedó atascado en la glotis.
Él pasa su duelo como mejor le parece y no tiene por qué andar exhibiendo su dolor.
Temo disentir; dudo de que a Gabriel Rolón le importe algo fuera de sus intereses personales, y me parece un acto canallesco olvidar u omitir que todo que logró se lo debe directamente a su participación en LVST e indirectamente a sus antiguos compañeros. Rolón decidió abolir su pasado inconveniente para sus actividades actuales; supongo que la existencia imprevista de archivos tan detallados como este mismo sitio no le hará ninguna gracia. Por otra parte, no creo que esa omisión haya sido casual; con toda injusticia, Dorio era por lejos el integrante más odiado de LVST por la mayoría del público. (¿Recuerdan al roñoso que festejó que hubiera un fundamentalista menos el día de su muerte?) Sospecho que Rolón jamás pondría en riesgo sus ingresos y su felicidad burguesa por recordar a un compañero de trabajo tan poco favorable para su personaje actual de sacerdote laico y hombre santo.
Quizá Rolón tendría algún derecho al olvido voluntario si su éxito hubiera sido completamente independiente del programa de Dolina; pero de no haber sido por él y su entorno, Rolón estaría trabajando por centavos como celador en algún colegio caro de la Argentina profunda, y los pibes malcriados que se disfrazan de alumnos suizos se burlarían de su ascendencia indígena. Por lo demás, sus libros se limitarían a causar impresión en la casa de Coni. Si alguien desea creer que su notoriedad es de orden profesional por su excelencia como psicoanalista, que lo haga; es innecesario señalar que el éxito terapéutico del psicoanálisis es imposible por definición.
Rolón siempre estará ahí para quienes puedan pagar sus honorarios o comprar sus libros; para los devotos insolventes quedará la limosna de su autoayuda de ínfima categoría en Urbana Play, y para todos los demás ―incluyendo a Dorio― minga.
Mi intención era hacer un comentario sobre esta charla de la Tierra plana basada en un libro de Leonardo Moledo (o mejor, sobre algo que ocurrió recientemente con divulgadores científicos y terraplanistas), pero tendré que dejarlo para más tarde.