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20 de Febrero de 2013

Sir John Mandeville, su supuesta persona y sus viajes

Transcripción automática

0:00:00 Continuamos.
0:00:01 Vamos a conversar entre nosotros acerca de la posibilidad de cometer un delito.
0:00:06 Sí, pero muy, muy próximo.
0:00:08 Por ejemplo, cambiar de lancha en medio del delito.
0:00:11 Bueno, continuamos. En la venganza será terrible.
0:00:15 Estamos en el auditorio de Radio de Plata, en Gorrite 5963,
0:00:20 entre los Arroyos, Adébalo y...
0:00:22 Adébalo y...
0:00:24 Es Rabiniani.
0:00:25 Y mañana también estaremos aquí a la media noche.
0:00:28 Hablaremos entonces de John de Mandéville,
0:00:32 uno de los que encontró la fuente de la eterna juventud.
0:00:36 Mandéville aseguró haber bebido de ella,
0:00:41 no una sino tres veces, que ya es mucho bebé.
0:00:45 Hoy tenemos algunos datos acerca de su persona y de sus viajes.
0:00:49 Algunos dicen que ser John de Mandéville era un caballero inglés
0:00:53 que nació allá por el año 1300.
0:00:56 Cuando cumplió 24 años, comenzó un viaje que duraría 20.
0:01:01 Los recuerdos y anécdotas de sus viajes
0:01:05 fueron registrados en el libro de las maravillas del mundo,
0:01:09 de editorial colíbun.
0:01:12 Este libro era muy popular y consultado por príncipes y reyes.
0:01:18 Los copistas trabajaban muchísimo para duplicarlo
0:01:23 y estuvo en las principales bibliotecas anteriores
0:01:26 a la invención de la intré.
0:01:28 Parece que la autoría del libro fue disputada a largo tiempo.
0:01:33 Primero por algunos que se llamaban así mismos el autor.
0:01:39 Y luego por otros que arguían que todo en ese libro
0:01:42 eran invenciones fantásticas, incluso el autor.
0:01:46 Hay quienes suponen que Mandéville no existió nunca.
0:01:50 Y a ciertos efectos da lo mismo.
0:01:53 ¿Qué más da? Que haya existido o que no haya existido.
0:01:58 Hay una visión bastante pesimista del mundo.
0:02:05 Llega un punto en que da lo mismo que Mandéville haya existido o no.
0:02:11 Enseguida lo que piensa inmediatamente es esto.
0:02:15 Llegará un punto en que dará lo mismo que yo haya existido o no.
0:02:19 Probablemente incluso con más rapidez en trópica,
0:02:24 que en el caso de...
0:02:26 Eso es Mandéville.
0:02:28 Uno se entera de eso mucho más tarde, después de haber descubierto
0:02:30 que la existencia no de Mandéville era importada.
0:02:34 Todo eso produce lo que se llama tristeza.
0:02:38 Uno de los lugares supuestamente visitados por el señor de Mandéville
0:02:42 fue la isla de Tracoda,
0:02:45 ubicada en algún mar misterioso, probablemente el Océano Pacífico.
0:02:50 El único aspecto diferencial de este sitio es que sus habitantes no hablaban,
0:02:55 sólo silbaban.
0:02:57 ¡Ahí!
0:03:00 ¡Ahí!
0:03:03 Bueno, a poco de llegar a Tracoda se escuchaban los silbidos de los habitantes
0:03:10 y eso es todo lo que dice John Mandéville acerca de esta isla.
0:03:16 Es poco.
0:03:18 Pero inmediatamente pasa a hablar de la isla de Silga en el Atlántico,
0:03:23 que estaba infestada de dragones.
0:03:26 Que dais otra cosa.
0:03:28 Dragones chifladores, probablemente.
0:03:31 En el centro de la isla había un lago formado por las lágrimas de Adán y Eva
0:03:36 cuando fueron expulsados del paraíso.
0:03:39 Dice el libro que por algún mecanismo extraño, que no se explica,
0:03:45 todas las lágrimas del mundo van a parar a ese lago que cada vez es más extenso.
0:03:53 Es falso, dice Mandéville, que las lágrimas se enjuquen en pañuelos
0:03:59 o que se extingan en cualquier lugar.
0:04:01 Todo lo llorado va a parar allí.
0:04:04 Nada de lo llorado se pierde.
0:04:07 En el fondo del lago había perlas y piedras preciosas,
0:04:11 solo para estropear la leyenda.
0:04:13 Una vez al año el rey de Silga permitía que los pobres las tomaran,
0:04:20 no a las lágrimas ni a las leyendas, sino a las perlas.
0:04:24 Cada año, sin embargo, se hacía más difícil encontrar pobres.
0:04:28 O perlas.
0:04:32 Enhorne, la esperidad de la isla basada en la venta de perlas
0:04:36 asada por los pobres en el fondo del lago.
0:04:39 Va a parecer un pobre que se va a querer quedar con todas.
0:04:43 Esto sí, trupaso.
0:04:44 Para evitar el ataque...
0:04:46 Vio cómo son los pobres.
0:04:48 Para evitar el ataque de los dragones que vivían en el fondo del lago.
0:04:53 Fui su nombre la sepa Tadar.
0:04:57 Los pobres se untaban con unas hierbas y ausentaban a estos empatosos seres.
0:05:03 Unos nombres sigo sin gás.
0:05:06 Otro lugar, nos cansamos de ese lugar.
0:05:09 Mabarón, o Mabarón, era un extenso reino que visitó Mandeville en la India.
0:05:16 Era famoso por sus numerosas ciudades, todas ellas muy hermosas.
0:05:21 Intrilla sobresalía Calamión, donde supuestamente estaba enterrado el apóstol Santo Tomás.
0:05:29 En una urna depositada junto a la tumba, sí conservaba el brazo y la mano
0:05:34 con que el apóstol había tocado la herida de Cristo muerto.
0:05:38 Recuerde, ver para creer...
0:05:40 Hombre, poca fe.
0:05:41 Era el apóstol preferido de mi padre, que siempre lo citaba
0:05:46 antes de manifestar su desconfianza, a ser que de alguna estofada.
0:05:51 Si alguien al respecto más se había confiado, que Jesús, yo me iba a decir a mí, que confía en mi.
0:06:02 Estas reliquias tenían la siguiente virtud.
0:06:06 En los casos de litigio, me refiero a la mano del apóstol.
0:06:09 ¿La mano de otro?
0:06:10 En los casos de litigio, cada uno de los litigantes
0:06:14 colocaba en la mano del Santo un papel en el que se ponía su caso.
0:06:19 ¿El expediente?
0:06:21 La mano arrojaba lejos el expediente que contenía los argumentos del que no tenía razón.
0:06:27 Esa hay una forma extraordinaria de impartir justicia a través de la mano de un apóstol.
0:06:33 Me imagino que el fallo era con detalle, que se más podía interior pulgar hacia abajo.
0:06:38 Que guay.
0:06:39 Se supone que un apóstol es bastante insobornado.
0:06:42 Lo dijo usted, el de Clarante.
0:06:45 Una isla curiosa que muchos viajeros han retratado de diferentes modos, es la de Saba.
0:06:52 Incluso se ha retratado en tal modo que no era una isla.
0:06:56 Sir John de Mandeville decía lo siguiente, Saba está en Etiopía, como todos saben.
0:07:01 Sí, señor Rí, las montañas se llaman los cienos de Saba en las famosas novelas de Ríder Jávez.
0:07:06 Podían verse campiñas con manzanos que en el estío, por no decir el verano, daban frutos
0:07:12 que se transformaban en niños.
0:07:15 Es ahí algo extraordinario.
0:07:18 Dicen que en Saba se encontraba la tumba del rey Salomón, el rey que amó a la reina de Saba.
0:07:25 La tumba era de cristal y oro.
0:07:28 De Mandeville recomendaba a los turistas que probaran el Apium Rizun, una hierba
0:07:36 mediante la cual podía verse a través del cristal de la tumba.
0:07:40 Y según parece, se veía Salomón bailando con la reina, mientras un grupo de cortesanos
0:07:46 se divertían al compás de la música e ejecutada por un Serafín.
0:07:53 Sí, el líder.
0:07:54 Serafín del preste.
0:07:57 Cerca de Saba se encontraba una región cuyos habitantes nacían con el pelo blanco y se
0:08:03 desigua volviendo negro a medida que envejecían.
0:08:06 Ya la vi.
0:08:07 Trabaja...
0:08:08 Platito.
0:08:09 A causa del calor la gente permanecía en los ríos desde antes del mediodía hasta bien
0:08:18 entrada a la tarde.
0:08:20 Bien entrada a dónde.
0:08:22 Dice Mandeville creyendo que va a sorprendernos con esto, con gente que está todo el día
0:08:28 en el río.
0:08:29 Después de haber visto árboles que dan niños, no se va a sorprender.
0:08:33 La isla de Cáura era una isla próxima a las costas de la India, una época en que Cáura
0:08:39 se van agloreaba de puertos importantes que fueron destruidos por el mar.
0:08:44 Cuentan que el rey de Cáura era tan poderoso que osó enfrentar nada menos que Alejandro
0:08:49 Magno.
0:08:50 En tiempos de la visita de Mandeville, Cáura solo se destacaba por su diversidad de creencias
0:08:56 religiosas.
0:08:57 Sus habitantes adoraban lo primero que veían por la mañana, un pie, un manto, un hombre,
0:09:05 una mujer, un chancho.
0:09:07 La consecuencia era una gran confusión a causa del oefímero de las religiones de la isla.
0:09:14 Había además ido los nuevos cada mañana en Cáura, además no se enterraba los muertos,
0:09:21 no dejaban consumirse al sol.
0:09:23 Pero por lo menos no eran intolerantes, me parecía.
0:09:26 Cávariet era un reino insular.
0:09:29 La fauna de la isla contaba con muchas especies de caracoles, que algunos eran tan grandes
0:09:35 que la gente vivía en sus caparazones, no sin antes desalojar al pobre caracol.
0:09:41 Por toda la isla podían verse ese tipo de residencias, algunas ocupadas por personas
0:09:47 y otras por caracoles.
0:09:49 Las de los caracoles se distinguían porque se movían.
0:09:53 Las de la gente permanecian quietas a favor del carácter sedentario de los habitantes
0:09:59 de la creación.
0:10:01 El rey de la isla principal, este es otra isla que se llama Sandin, es un archipiélago
0:10:09 Sandin.
0:10:10 El rey de la isla principal era también el rey de las otras 50 islas.
0:10:14 Los habitantes de Sandin tenían la costumbre de comerse a sus parientes y amigos
0:10:19 si estos se enfermaban en forma irremediable.
0:10:22 En ese caso preparaban un guiso que daba lugar a Agapesolena.
0:10:27 Finalmente, una vez mondos los huesos se enterraban con toda prolifidad.
0:10:32 En otra isla del archipiélago vivían gente con la cara plana, sin nariz, ni ojos ni boca.
0:10:38 Había también otra donde los hombres tenían los labios tan grandes que se tapaban la cara
0:10:42 con ellos cuando dormían al sol.
0:10:45 La isla de la Médis, situada en el Océano Índico, era peligrosa.
0:10:49 Cuando un mercader se acercaba, los habitantes se ponían contentos.
0:10:53 Pero no por lo que quisieran comerciar, sino porque eran antropófagos.
0:10:59 Respetuosos entre ellos, sin embargo, los habitantes de la Médis devoraban únicamente
0:11:05 a los advenedisos.
0:11:07 Esto es todo lo que tengo.
0:11:09 Resumen del libro de Mandele.
0:11:16 En realidad, Alejandro, el libro de Don Mandele no tiene una originalidad plena,
0:11:23 puesto que en realidad los libros de viajes oscilan entre lo increíble, lo irreversible y lo indemostrable.
0:11:31 Un libro que no tiene esas características difícilmente.
0:11:34 Lo elegible sin mucha besa.
0:11:37 La guía del turismo, por ejemplo.
0:11:39 Tenemos amigos como Simbal, el marino, que amenizaba las noches de tantas generaciones de oyentes árabes.
0:11:47 Tenemos a Robinson Crusoe, que fue citado hace poco aquí, que además nació en un diario,
0:11:52 lo cual es muy curioso que de un hecho real de un diario se hiciera una cosa de fantasía
0:11:57 cuando hoy en viernes, mucho más frecuente lo contrario.
0:12:00 Tenemos a Gulliver, el viajero de Jonathan Swift, que nos enseñó, que además se llamó el Lémuel,
0:12:05 yo para algún concurso que le pregunten pavadas.
0:12:08 El capitán Lémuel Gulliver.
0:12:11 Nos enseñó a ver de qué manera cuando uno se desplaza por el mundo las cosas pueden parecer distintas,
0:12:16 siendo tan brutalmente iguales en todas partes, sobre todo las bafizas de la especie.
0:12:21 Pero quizás el que está más cerca, además de ser nada menos que Marco Polo,
0:12:25 que se desplaza por la diferencia, los porcentos de las islas visitadas por Maldives,
0:12:30 son existentes indemostrables.
0:12:33 Los porcentos, describió Marco Polo, aún indemostrables,
0:12:36 se demostró después que eran existentes y eso nos pone un poco inquieto.
0:12:39 Pero finalmente creo que lo que pasa con las islas Alejandro, lo hemos hablado todo el tiempo, hablamos de eso aquí.
0:12:45 Traía que circula allí la idea de que hay cosas que se desplazan y cosas que están quietas.
0:12:49 Uno tiene, durante largo tiempo, la idea de que el que se desplaza es uno.
0:12:54 Y ese trayecto descubre que uno está muy probablemente quieto y que hay una isla que es la juventud,
0:13:01 otra isla que es el placer, otra isla que es la ingenuidad y que van pasando delante de uno,
0:13:07 hasta que finalmente uno empieza a percibir que hay una isla,
0:13:11 una isla de la que uno no hace falta que llegue a nada porque seguramente pronto se darán cuenta que es la viajera perdida.
0:13:17 La viajera perdida es el tango que va a cantar ahora, Ruth Atagile,
0:13:22 acompañada, según creo, por el conjunto de nuestro amigo Fernando Marsal.
0:13:47 Leía novelas y versos de amor, o si no, miraba la espuma que hirviente,
0:13:57 cantaba la estela del viejo papón.
0:14:03 En noche serena soñando a mi lado, mareado de luna y en sueño los dos.
0:14:13 Sus ojos miraban al cielo estrellado, pensando en el muerto del último Dios.
0:14:25 La pasajera rubia de un viaje lejano que un día embarcaste en un puerto gris,
0:14:36 porque nos quisimos cruzando el océano, porque te quedaste en aquel país.
0:14:47 A un guardo la vieja novena que un día dejaste olvidada sobre mi sillón,
0:14:57 que escrito en la tapa tu nombre es María, después una fecha y un cuarto dolor.
0:15:10 Uhhh...
0:15:21 Aún vives y sueñas, quizás hayas muerto, pero en mi nostalgia romántica y gris,
0:15:33 espero encontrarte soñando en un puerto bajo el caro cielo de un dulce país.
0:15:45 Te amabais, te fuiste, seguí al navío por mares de brumas y puertos de sol,
0:15:55 tu sombra lejana quedó al lado mío, un sueño de Francia y un verso español.
0:16:07 La pasajera rubia, viajera perdida que a un día en un puerto lejano se fue,
0:16:19 dejando una extraña nostalgia en mi vida, acaso ni sabes que yo te lloré,
0:16:30 me da su perfume, tu blanco pañuelo, tu nombre María, me da su canción,
0:16:41 reflejan tus ojos a lo de otro cielo, te llevo en el barco de mi corazón.
0:17:00 Era ruta taquil en la venganza, será terrible, la viajera perdida.

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