¿Saqueo de bibliotecas o copy/paste, Nora? Alguien dirá que es lo mismo, pero me atrevería a objetar que no. (¡Que objete, que objete!, oigo cantar por ahí.)
Quiero creer que María de Córdoba es alguien que anda por aquí y que decidió llevar la broma de Martín de Palermo hasta sus últimas consecuencias; de no ser así, habrá que aceptar que la audiencia target de Dolina se corrió a la Edad de Piedra. Se me dirá: qué importa, es solo un programa de radio; es verdad, pero un programa de radio tan popular como ese debe reflejar al menos en parte su contexto social e histórico.
Ciudadano32, después de la introducción del programa del 2007 que compartiste (que no comentaré ahora porque contiene una predicción tan impresionante que merece un capítulo aparte), un oyente citó una anécdota apócrifa de Eddington (apócrifa, pero verosímil y tan divertida como aquella en la que supuestamente Fritz Kreisler, el violinista de la cortina de LVST, acusa a Einstein de no saber contar) , y Dolina relató de memoria cómo Eddington verificó experimentalmente una de las predicciones más extrañas de la TGR en 1919; quizá eso sirva para ilustrar la distancia sideral entre aquella realidad y esta, la de María de Córdoba.
Con respecto a la privacidad, me parece que ahí hay otra manipulación interesante de la percepción de la realidad: hasta cierto momento, hasta el número de teléfono en sí fue un dato que se consideraba privado y lo suficientemente sensible como para compartirlo solo con las personas más cercanas; a partir de cierto momento (con las presiones crecientes de las aplicaciones de redes sociales y mensajería instantánea) todos comenzaron a decir: «Qué me importa, yo no tengo nada que ocultar» (gran victoria de los magnates del Big Data). Hoy, casi nadie recuerda a Cambridge Analytica, a Alexander Nix, y al impacto que tuvieron en el destino del país (muchos ni siquiera se enteraron). Lo dicho: todo ciencia ficción, acá no pasa nada.
Trabajé hasta el 2012 para empresas proveedoras de telefonía fija, móvil e Internet; una de esas empresas, que comienza con M, comenzó por lo menos desde el 2006 a transcribir y almacenar llamadas de voz a texto, con el fin comercial de ofrecer el servicio de recuperación de los mensajes grabados en el buzón de voz mediante SMS; esos archivos de texto, que contenían toda la metadata de la llamada, eran completamente accesibles hasta para técnicos tan imbéciles como yo mismo (ahí sí que no había secretos). Si alguien se tomara el trabajo de descargar solo los datos personales que almacena Google a través de https://takeout.google.com/, quizá entraría en pánico.