Coincido con Dolina en que las transmisiones previas a los partidos (más largas que los partidos mismos) son insufribles, que son un canto al ego de los periodistas (lo cual no es más que un reflejo del resto de las actividades humanas, ésto es un agregado mío), etc, etc.
Pero querido Alejandro (ahora soy Dorio), no tengo que decirle justamente a ud que un buen libro es siempre una opción mucho mejor que ponerse frente al televisor. Y si por algún condicionamiento ancestral (que todos tenemos) no puede ud resistir la tentación de ver un partido, averigüe la hora en que comienza y prenda el televisor a esa hora.
Eso es lo que hice en el último partido de Uruguay contra México, y empecé a ver justo cuando estaban tocando el himno...de Chile (*)
(*) A pesar de todo, me gustó ese gesto de hermandad; es un comienzo. ¿Qué tal si todas las selecciones cantaran el himno de otro país? (ya sé: una chotada).
PD: Esta referencia al partido Uruguay-México la hice sólo para ejemplificar lo que quería decir. No ahondaré en otros aspectos del mismo, ni contestaré ningún comentario insidioso al respecto.
De acuerdo pero
es un poco simplista su reflexión, Jorge. Porque de la misma manera que usted dice que mejor un libro o encender el televisor a la hora del comienzo del partido, algún otro (no seré yo) podría decir que antes que denunciar las falencias de nuestros sistemas democráticos sería mejor no ir a votar y listo (es un poco extremo el ejemplo, ya... pero así no se solucionan las cosas).
Digo, al ser una crítica digamos artística o formal/profesional sobre un determinado tema creo que no vale una chicana de este tipo. Más aún cuando también se ha criticado la transmisión del mismo (me refiero al partido).
Coincido bastante con ud amigo Hornets, este Jorge siempre diciendo pavadas. Que sea mi alter-ego no quiere decir que tenga que perdonarle todo.
Sin embargo, en algo tal vez no esté tan equivocado: creo que si leyéramos más se produciría (en cierto tiempo) un cambio cultural e intelectual importante, mejoraría la capacidad de expresar nuestras ideas, y nuestro uso del lenguaje en general (sintaxis, ortografía, etc), lo cual no es menor.
Además, la lectura nos requiere un cierto esfuerzo que creo que se traduce en un mejoramiento de nuestra concentración y atención, lo cual no ocurre en general con un medio como la televisión donde somos sujetos totalmente pasivos. En la lectura hay más tiempo y espacio para la reflexión y el mensaje profundo, que cada uno va asimilando a su ritmo; en la televisión el ritmo lo impone ella, y para que pueda ser captado por la mayoría de las personas (la presión del rating y la competencia siempre están presentes) el mensaje tiende a ser simple, elemental. También hay que decir que la lectura nos desarrolla la imaginación, no así la televisión donde todo está explicitado, “digerido” digamos.
Todo esto a priori, sin entrar a considerar el tema de los contenidos (observe que Jorge no contrapone la televisión con cualquier libro, sino con "un buen libro"). No tengo dudas de que han habido muy buenos programas de televisión, pero si nos ponemos a ver los contenidos que se ven mayoritariamente, podemos llegar fácilmente a la desolación.
Respecto al paralelismo entre la lectura y el ejercicio del voto, y eso otro que dice de la “chicana” (yo creía que era un término de automovilismo), ahí me perdí por completo, así que todo eso lo dejo para que lo conteste Jorge. Que haga algo él también…
Coincido en que la lectura es un camino que tiende hacia la mejora de nuestras capacidades intelectuales/cognitivas, independientemente del libro en cuestión (aunque sea 50 sombras de gray). Ahora, el disfrute artístico o el aporte al espíritu ya sí depende más de la obra per sé. Y en este sentido el lenguaje da igual (ya sea literatura, cine, televisión, teatro, etc.), lo que hace la diferencia es el contenido. Por eso creo que no vale, ante una crítica de forma/contenido (transmisión de los partidos), una respuesta sobre lenguaje (apagar la televisión y leer un buen libro). Eso es una chicana, que en intercambio de ideas tiene más o menos el mismo sentido que en automovilismo: es decir la introducción de una desviación de manera artificial que distrae/tergiversa/desvía/ralentiza la carretera de la conversación (en política: "cómo puede usted hablar de gasto público cuando a su hijo lo encontraron con un porro").
Y a eso se refiere mi ejemplo acerca de la democracia, si uno critica las falencias del sistema (desigualdad social, injusticia, poca representatividad, promesas incumplidas, etc.) no vale decir que entonces no se vote.
Y sobre la democracia, ya que estamos: https://youtube.com/watch?v=k8vVEbCquMw
Coincido con Dolina en que las transmisiones previas a los partidos (más largas que los partidos mismos) son insufribles, que son un canto al ego de los periodistas (lo cual no es más que un reflejo del resto de las actividades humanas, ésto es un agregado mío), etc, etc.
Pero querido Alejandro (ahora soy Dorio), no tengo que decirle justamente a ud que un buen libro es siempre una opción mucho mejor que ponerse frente al televisor. Y si por algún condicionamiento ancestral (que todos tenemos) no puede ud resistir la tentación de ver un partido, averigüe la hora en que comienza y prenda el televisor a esa hora.
Eso es lo que hice en el último partido de Uruguay contra México, y empecé a ver justo cuando estaban tocando el himno...de Chile (*)
(*) A pesar de todo, me gustó ese gesto de hermandad; es un comienzo. ¿Qué tal si todas las selecciones cantaran el himno de otro país? (ya sé: una chotada).
PD: Esta referencia al partido Uruguay-México la hice sólo para ejemplificar lo que quería decir. No ahondaré en otros aspectos del mismo, ni contestaré ningún comentario insidioso al respecto.
De acuerdo pero
es un poco simplista su reflexión, Jorge. Porque de la misma manera que usted dice que mejor un libro o encender el televisor a la hora del comienzo del partido, algún otro (no seré yo) podría decir que antes que denunciar las falencias de nuestros sistemas democráticos sería mejor no ir a votar y listo (es un poco extremo el ejemplo, ya... pero así no se solucionan las cosas).
Digo, al ser una crítica digamos artística o formal/profesional sobre un determinado tema creo que no vale una chicana de este tipo. Más aún cuando también se ha criticado la transmisión del mismo (me refiero al partido).
Coincido bastante con ud amigo Hornets, este Jorge siempre diciendo pavadas. Que sea mi alter-ego no quiere decir que tenga que perdonarle todo.
Sin embargo, en algo tal vez no esté tan equivocado: creo que si leyéramos más se produciría (en cierto tiempo) un cambio cultural e intelectual importante, mejoraría la capacidad de expresar nuestras ideas, y nuestro uso del lenguaje en general (sintaxis, ortografía, etc), lo cual no es menor.
Además, la lectura nos requiere un cierto esfuerzo que creo que se traduce en un mejoramiento de nuestra concentración y atención, lo cual no ocurre en general con un medio como la televisión donde somos sujetos totalmente pasivos. En la lectura hay más tiempo y espacio para la reflexión y el mensaje profundo, que cada uno va asimilando a su ritmo; en la televisión el ritmo lo impone ella, y para que pueda ser captado por la mayoría de las personas (la presión del rating y la competencia siempre están presentes) el mensaje tiende a ser simple, elemental. También hay que decir que la lectura nos desarrolla la imaginación, no así la televisión donde todo está explicitado, “digerido” digamos.
Todo esto a priori, sin entrar a considerar el tema de los contenidos (observe que Jorge no contrapone la televisión con cualquier libro, sino con "un buen libro"). No tengo dudas de que han habido muy buenos programas de televisión, pero si nos ponemos a ver los contenidos que se ven mayoritariamente, podemos llegar fácilmente a la desolación.
Respecto al paralelismo entre la lectura y el ejercicio del voto, y eso otro que dice de la “chicana” (yo creía que era un término de automovilismo), ahí me perdí por completo, así que todo eso lo dejo para que lo conteste Jorge. Que haga algo él también…
Coincido en que la lectura es un camino que tiende hacia la mejora de nuestras capacidades intelectuales/cognitivas, independientemente del libro en cuestión (aunque sea 50 sombras de gray). Ahora, el disfrute artístico o el aporte al espíritu ya sí depende más de la obra per sé. Y en este sentido el lenguaje da igual (ya sea literatura, cine, televisión, teatro, etc.), lo que hace la diferencia es el contenido. Por eso creo que no vale, ante una crítica de forma/contenido (transmisión de los partidos), una respuesta sobre lenguaje (apagar la televisión y leer un buen libro). Eso es una chicana, que en intercambio de ideas tiene más o menos el mismo sentido que en automovilismo: es decir la introducción de una desviación de manera artificial que distrae/tergiversa/desvía/ralentiza la carretera de la conversación (en política: "cómo puede usted hablar de gasto público cuando a su hijo lo encontraron con un porro").
Y a eso se refiere mi ejemplo acerca de la democracia, si uno critica las falencias del sistema (desigualdad social, injusticia, poca representatividad, promesas incumplidas, etc.) no vale decir que entonces no se vote.
Y sobre la democracia, ya que estamos: https://youtube.com/watch?v=k8vVEbCquMw