En este programa se nombra a Foucault, Roland Barthes y Pierre Bourdieu. Yo los pondría a los tres como protagonistas del cuento inventado por Borges y Bioy "El infierno de los pedantes"
Dolina dice que Bourdieu es "mi novio" , en fin que va ce'.
Insisto, Dolina se burla de Hegel y su dialéctica diciendo que es una gilada ( y tiene razón, yo comparto esa idea) pero acepta y muy seriamente , las giladas de Barthes y en este caso Bourdieu y su idea de "Habitus", idea que no me parece errónea, pero para nada una genialidad. Es una obviedad que esta a mano y es tan gilada como la de Hegel.
Distinta vara que le dicen.
No sé, que se yo... Definitivamente Alan Sokal me arruinó la filosofía y mi cabeza para siempre.
Mariela, creo que en este programa apareció definitivamente el personaje actual de Rolón que se gana el pan de Algatocín explicando el sentido de la vida, el universo y todo lo demás; el cierre incómodo de Dolina (que seguramente sintió que le salían pelos de Andy Kusnetzoff en el occipucio) y la intervención oportuna de Gillespi salvaron el momento, pero el hecho fue profético: LVST estaba condenado a convertirse con el tiempo en otro programa más de FM con la colaboración esporádica del fantasma de Alejandro Dolina. (Nada de esto es reproche: admiré el buen gusto artístico de Rolón, que supongo que lo conservará, y aplaudí su eficacia para dar a Dolina los pies necesarios para esos ejercicios de literatura oral que después se convirtieron en libros. Mi encono pasa por otro lado y se extiende a todos los charlatanes profesionales de la clase de Rolón, que ahora también se dedican a predicar las bondades de la grafología y la economía monetarista.)
De todos modos, quedaron diálogos memorables:
Rolón —Usted tiene que saber, es interesante; no hay nada más importante que la verdad. Gillespi —¡No, querido! Hay millones de cosas más interesantes que la verdad. Rolón —Nómbreme dos. Gillespi —La mentira.
Como vos decís, Gillespi aportó cierta incertidumbre que vino muy bien: casi todo lo que decía era impredecible e intencionalmente absurdo (el humor como sorpresa intelectual); además, tuvo la elegancia de ir a menos en cuestiones musicales estrictamente técnicas. (Gillespi es por formación y por generación un músico mucho más complejo que Dolina, pero simula asombro por cosas que seguramente conoce de sobra, en favor del desarrollo del programa; un acto de compañerismo profesional que no siempre le fue reconocido.)
Estuve por guardarme lo que sigue, pero no lo haré, en buena parte por la exquisita —aunque nada inexplicable— coincidencia que contiene; a principios del 2021, quien fue mi pareja por varios años (ingeniera química, muy buena persona a pesar de su formación inevitablemente gaussiana y su estatus social absurdamente elevado) me dijo que una prima muy progre de Buenos Aires le había mandado un link con una charla de Atilio Borón en YouTube ; estábamos en casa (no diré que en nuestra casa porque jamás me sentí como en casa en ningún lugar, ni siquiera en mi casa y muy especialmente en mi casa) y vimos el video; alrededor de los quince minutos —o una eternidad similar— le pedí por favor que lo detuviéramos. Le dije que ya sabía de memoria todo aquello que oía (generalidades maximalistas, reflexiones del orden de un tuitero promedio, etcétera), y que ella quizá ya debía conocerme lo suficiente como para darse cuenta de que esa pedagogía era innecesaria y hasta insultante; era equivalente a que yo la invitara a ver videos de introducción a la Química para estudiantes de bachillerato, o de tablas de multiplicar; le hice notar también que los espectadores de esa charla asentían robóticamente con la cabeza, incluso antes de que Borón dijera algo: no era una charla política, era una reunión religiosa de reafirmación de alguna fe pagana. Aquí lo gracioso: argumenté lo de Enrique de Portugal y su reproche a Jesucristo, que insistía en aparecer frente a él en lugar de ir a convencer a los sarracenos. Agregué que aprendía más estudiando los detalles de producción de los videos musicales de Dua Lipa, aunque eso ya lo hice por pura maldad. (Tampoco era del todo falso, la producción de Dua Lipa es algo de otro mundo.)
En resumen, fui desconsiderado, pedante y cruel, como si me costara mucho; aparte de eso, quise hacerle saber claramente que ese ejercicio de micromilitancia (así la llamaba ella, citando a tres infelices que se hacían llamar «Guerreros Digitales» y que llegaron a publicar un libro doctrinario repleto de anécdotas de asados entre tuiteros como ellos) alejaba a la gente en lugar de acercarla; de hecho, a mí me alejó definitivamente. (Había dejado de votar en el 2019 por razones de conflicto moral, pero esa es otra historia.) También sostuve que la presencia inevitable de Macri, Cristina, Vidal, Kicillof, Bullrich, Larreta et al en cualquier conversación casual o íntima era un serio obstáculo para cualquier forma de posible lujuria.
Digresión: sé que algunas de estas cosas pueden molestar a Ciudadano32 (a quien aprecio, naturalmente), en especial la referencia a Borón; pero la tentación por contar la exacta coincidencia entre lo escrito por Mariela y lo que me ocurrió en esa ocasión fue irresistible.
No pretendo extrapolar mi experiencia personal a los millones de personas que en estos años cambiaron de parecer (de hecho, ni me volví gorila, ni partidario del anarcocapitalismo, ni fan del Dipy); sí creo que las herramientas de persuasión del oficialismo actual son anacrónicas, obsoletas, torpes e ineficaces, y que sus referentes mediáticos hacen perder un voto cada vez que parpadean. Es cierto que del otro lado está toda la última tecnología de la comunicación y la psicología empírica más avanzada para hacer que el votante pierda la poca autonomía cognitiva que le quedaba (tampoco estoy de acuerdo en que eso se deba a su presunta estupidez; es solo una mente correctamente manipulada para que perciba la realidad de una forma específica y actúe en consecuencia, en la falsa creencia de que lo hace por propia voluntad y en defensa de sus intereses). También creo que la clase política que tuvo alguna conciencia social nunca estuvo física y emotivamente tan lejos de los más humildes como ahora (otro subproducto de las redes como espejo del mundo).
Aquí me encuentro al borde de la obviedad: doy por escritos todos los lugares comunes que se me ocurren. (Como dije antes, esa pedagogía también es innecesaria.)
No mencioné a Bourdieu porque creo que ya lo dijiste todo; no quiero ensañarme, y además tampoco deja mucho para decir. Quizá llegue el día en que podamos volver a hablar de amables frivolidades, o quizá esos tiempos ya hayan pasado para siempre, como los de LVST.
Ya está; descubrí qué me enfurece tanto del Rolón actual, y no es el psicoanálisis (no al menos centralmente; a decir verdad, ya no tiene tanto peso en su discurso general): es su apología profesional del egoísmo, algo muy poco peronista. (Recuerdo a quienes nunca oyeron programas de los primeros años de Rolón en LVST que él reivindicaba y recomendaba explícitamente la tradicional solidaridad del peronismo cada vez que tenía oportunidad de hacerlo.)
No temas, improbable lector: no escribiré setenta páginas de mala literatura. (Me limitaré a un máximo de cincuenta o sesenta.)
El Rolón actual (el gurú de Perros de la Calle, el youtuber con canal monetizado, el mercader de elixires y panaceas para las angustias burguesas) recomienda el egoísmo extremo, sin importar los costos ni las consecuencias. En resumen: la cosmovisión de Rolón y de sus clientes actuales o potenciales consiste en que el mundo está lleno de gente mala que solo existe para arruinarte la vida, para envidiarte, para psicopatearte, para frenar o entorpecer tu carrera, para encerrarte en una jaula y tenerte como mascota, para ponerte límites, para obligarte a repetir el pasado una y otra vez como en El día de la marmota, para no dejarte crecer, para no blablablá ni tampoco etcétera; vos, ser de luz, almita de cristal carente de toda maldad, sos una víctima y tenés que dejar de serlo. Toda la gente que te rodea es tóxica (N. del E.: no consta en actas que Rolón haya usado alguna vez esa palabra, quizá para no tener problemas legales con Stamateas, pero es la misma idea), y tenés que salir de ese círculo. ¿Cómo? Soltando, tomando la decisión con la que puedas vivir. No tengas compasión: recordá que tampoco la tendrán con vos.
¿Esa gente que vive para dañarte está triste, enferma, desamparada, deprimida, débil, sola? No importa: son solo personajes secundarios y prescindibles; el protagonismo absoluto en esta obra es tuyo y solo tuyo, sos el personaje que sobrevive hasta el final y prevalece. Palo y a la bolsa; no sentirán nada, son perjudiciales y subhumanos, no como vos que sí valés mucho, sos demasiado para esa manada que te rodea y que ni siquiera se psicoanaliza.
(El primer paso para cometer genocidio es deshumanizar mentalmente a los futuros asesinados; se siente culpa por exterminar seres humanos, pero ¿quién sentiría remordimiento por matar hormigas o ratas? Creo que el principio es también aplicable a un contexto menos trágico y más cercano que Dachau o Treblinka.)
Nada de esto se encuentra en un video o en un libro en particular; está distribuido entre toda la actividad visible de Rolón en los últimos años. Puede y debe tomarse como opinión personal.
A propósito, estoy escribiendo una biografía: «Gabriel Rolón: una vida desde la revolución justicialista hasta la rebelión de Atlas». Creo que será un gran éxito, en especial entre los votantes del muy probable futuro gobierno.
Maravilloso krank, como siempre. ¡Qué lindo que escribís hijo de mil! (Va con onda y verdadera admiración)
Rolón no es tonto, se adapta al tipo de clientela que tiene que es la que le da de comer. Si hemos de creerle a Mikkel Borch-Jacobsen, el exito del psicoanálisis de debe a que "hace decir al inconsciente lo que cada una de sus clientelas quiere escuchar,creando en cada ocasión un pequeño universo terapéutico en el que la oferta corresponde exactamente a la demanda. Que haya tantos universos de este tipo como demandas, no es de ninguna manera preocupante para el psicoanálisis ya que es precisamente así como se propaga y sobrevive a su propia inconsistencia teórica. Ese es el gran secreto del éxito del psicoanálisis, que la leyenda
freudiana ha escondido durante tanto tiempo: nunca ha habido “psicoanálisis”, solamente una miríada de conversaciones terapéuticas tan diversas como sus participantes. El psicoanálisis, es
exactamente todo y no importa qué – todo porque no importa el qué."
Si pensamos que Rolón habla para la audiencia de ese forro, clasista y reaccionario de Andy Kusnetsoff ( no quiero generalizar ni ser prejuiciosa, pero seguro que tiene un alto porcentaje de votantes de Milei) las palabras de Borch-Jacobsen parecen atinadas. Pero también es verdad lo que decís: ya ni siquiera habla desde el psicoanálisis; está haciendo cualquiera.
Me quedé pensando que esa victimización constante es parte fundamental del discurso Progre: llámese feminismo, la cultura woke o la política de identidades. La persona que está a mi lado es un potencial opresor, discriminador, violador o lo que sea. Mi subjetividad es sagrada y todo me hiere, todo me ofende y todo me lastima. Toda persona tiene un opresor y siempre ese opresor es el que está a mi lado. No hace falta ser un genio para darse cuenta de quien sale beneficiado de todo esto. ¿ qué es lo que falta acá? ¿Quien es el gran ausente de todo este discurso?
Es dificil a veces comprender como funciona la mente de las personas; a veces incluso cuando quienes dicen y comparten cosas que estén de alguna manera del mismo lado que uno, si lo que se dice empaña nuestro brillo tendemos a cancelar, ignorar y denostar. Atilio será muy obvio, pero los discursos que leí por acá no parecen ir de la mano con lo que él dice. Algunos hasta revindican la derecha peronista. Y eso que el tipo no se metió en temas de los wokes, mas bien les hizo una pequeña burla con lo de "colegas y colegos".
Sin más nada que compartir, me retiro a mirar la pelicula alemana del canguro 3D comunista que habla. Me parece que no la debo haber entendido.
Los dejo, no quiero pasar entre las flores que vuelan de un lado al otro e interrumpir de alguna manera la reconfirmación mutúa.
Bueno, debe ser consolador para "alguno" que se autopercibe peronista ( desconociendo lo que es) ir a votar a Massa en Octubre, creyendo que así vota a la "izquierda peronista" y de esta manera frena a la derecha. Debe ser un mecanismo de defensa para no ver la triste verdad: que todos los candidatos son reliableallies in Latin America , lo que traducido literalmente en buen criollo significa cipayos
Neoliberalismo progresista vs Neoliberalismo conservador; esa es la propuesta para Octubre. Lo siento, yo paso.
Lo que nunca voy a hacer es tratar de ignorante a esta persona. Denostar el voto popular y burlarme de mis compatriotas es de "iluminado" no de Peronista. No es insultando y degradando a los votantes como vamos a restar votos a Milei. Así de simple. y tan difícil de entender parece.
En este programa se nombra a Foucault, Roland Barthes y Pierre Bourdieu. Yo los pondría a los tres como protagonistas del cuento inventado por Borges y Bioy "El infierno de los pedantes"
Dolina dice que Bourdieu es "mi novio" , en fin que va ce'.
Insisto, Dolina se burla de Hegel y su dialéctica diciendo que es una gilada ( y tiene razón, yo comparto esa idea) pero acepta y muy seriamente , las giladas de Barthes y en este caso Bourdieu y su idea de "Habitus", idea que no me parece errónea, pero para nada una genialidad. Es una obviedad que esta a mano y es tan gilada como la de Hegel.
Distinta vara que le dicen.
No sé, que se yo... Definitivamente Alan Sokal me arruinó la filosofía y mi cabeza para siempre.
Mariela, creo que en este programa apareció definitivamente el personaje actual de Rolón que se gana el pan de Algatocín explicando el sentido de la vida, el universo y todo lo demás; el cierre incómodo de Dolina (que seguramente sintió que le salían pelos de Andy Kusnetzoff en el occipucio) y la intervención oportuna de Gillespi salvaron el momento, pero el hecho fue profético: LVST estaba condenado a convertirse con el tiempo en otro programa más de FM con la colaboración esporádica del fantasma de Alejandro Dolina. (Nada de esto es reproche: admiré el buen gusto artístico de Rolón, que supongo que lo conservará, y aplaudí su eficacia para dar a Dolina los pies necesarios para esos ejercicios de literatura oral que después se convirtieron en libros. Mi encono pasa por otro lado y se extiende a todos los charlatanes profesionales de la clase de Rolón, que ahora también se dedican a predicar las bondades de la grafología y la economía monetarista.)
De todos modos, quedaron diálogos memorables:
Rolón —Usted tiene que saber, es interesante; no hay nada más importante que la verdad.
Gillespi —¡No, querido! Hay millones de cosas más interesantes que la verdad.
Rolón —Nómbreme dos.
Gillespi —La mentira.
Como vos decís, Gillespi aportó cierta incertidumbre que vino muy bien: casi todo lo que decía era impredecible e intencionalmente absurdo (el humor como sorpresa intelectual); además, tuvo la elegancia de ir a menos en cuestiones musicales estrictamente técnicas. (Gillespi es por formación y por generación un músico mucho más complejo que Dolina, pero simula asombro por cosas que seguramente conoce de sobra, en favor del desarrollo del programa; un acto de compañerismo profesional que no siempre le fue reconocido.)
Estuve por guardarme lo que sigue, pero no lo haré, en buena parte por la exquisita —aunque nada inexplicable— coincidencia que contiene; a principios del 2021, quien fue mi pareja por varios años (ingeniera química, muy buena persona a pesar de su formación inevitablemente gaussiana y su estatus social absurdamente elevado) me dijo que una prima muy progre de Buenos Aires le había mandado un link con una charla de Atilio Borón en YouTube ; estábamos en casa (no diré que en nuestra casa porque jamás me sentí como en casa en ningún lugar, ni siquiera en mi casa y muy especialmente en mi casa) y vimos el video; alrededor de los quince minutos —o una eternidad similar— le pedí por favor que lo detuviéramos. Le dije que ya sabía de memoria todo aquello que oía (generalidades maximalistas, reflexiones del orden de un tuitero promedio, etcétera), y que ella quizá ya debía conocerme lo suficiente como para darse cuenta de que esa pedagogía era innecesaria y hasta insultante; era equivalente a que yo la invitara a ver videos de introducción a la Química para estudiantes de bachillerato, o de tablas de multiplicar; le hice notar también que los espectadores de esa charla asentían robóticamente con la cabeza, incluso antes de que Borón dijera algo: no era una charla política, era una reunión religiosa de reafirmación de alguna fe pagana. Aquí lo gracioso: argumenté lo de Enrique de Portugal y su reproche a Jesucristo, que insistía en aparecer frente a él en lugar de ir a convencer a los sarracenos. Agregué que aprendía más estudiando los detalles de producción de los videos musicales de Dua Lipa, aunque eso ya lo hice por pura maldad. (Tampoco era del todo falso, la producción de Dua Lipa es algo de otro mundo.)
En resumen, fui desconsiderado, pedante y cruel, como si me costara mucho; aparte de eso, quise hacerle saber claramente que ese ejercicio de micromilitancia (así la llamaba ella, citando a tres infelices que se hacían llamar «Guerreros Digitales» y que llegaron a publicar un libro doctrinario repleto de anécdotas de asados entre tuiteros como ellos) alejaba a la gente en lugar de acercarla; de hecho, a mí me alejó definitivamente. (Había dejado de votar en el 2019 por razones de conflicto moral, pero esa es otra historia.) También sostuve que la presencia inevitable de Macri, Cristina, Vidal, Kicillof, Bullrich, Larreta et al en cualquier conversación casual o íntima era un serio obstáculo para cualquier forma de posible lujuria.
Digresión: sé que algunas de estas cosas pueden molestar a Ciudadano32 (a quien aprecio, naturalmente), en especial la referencia a Borón; pero la tentación por contar la exacta coincidencia entre lo escrito por Mariela y lo que me ocurrió en esa ocasión fue irresistible.
No pretendo extrapolar mi experiencia personal a los millones de personas que en estos años cambiaron de parecer (de hecho, ni me volví gorila, ni partidario del anarcocapitalismo, ni fan del Dipy); sí creo que las herramientas de persuasión del oficialismo actual son anacrónicas, obsoletas, torpes e ineficaces, y que sus referentes mediáticos hacen perder un voto cada vez que parpadean. Es cierto que del otro lado está toda la última tecnología de la comunicación y la psicología empírica más avanzada para hacer que el votante pierda la poca autonomía cognitiva que le quedaba (tampoco estoy de acuerdo en que eso se deba a su presunta estupidez; es solo una mente correctamente manipulada para que perciba la realidad de una forma específica y actúe en consecuencia, en la falsa creencia de que lo hace por propia voluntad y en defensa de sus intereses). También creo que la clase política que tuvo alguna conciencia social nunca estuvo física y emotivamente tan lejos de los más humildes como ahora (otro subproducto de las redes como espejo del mundo).
Aquí me encuentro al borde de la obviedad: doy por escritos todos los lugares comunes que se me ocurren. (Como dije antes, esa pedagogía también es innecesaria.)
No mencioné a Bourdieu porque creo que ya lo dijiste todo; no quiero ensañarme, y además tampoco deja mucho para decir. Quizá llegue el día en que podamos volver a hablar de amables frivolidades, o quizá esos tiempos ya hayan pasado para siempre, como los de LVST.
Ya está; descubrí qué me enfurece tanto del Rolón actual, y no es el psicoanálisis (no al menos centralmente; a decir verdad, ya no tiene tanto peso en su discurso general): es su apología profesional del egoísmo, algo muy poco peronista. (Recuerdo a quienes nunca oyeron programas de los primeros años de Rolón en LVST que él reivindicaba y recomendaba explícitamente la tradicional solidaridad del peronismo cada vez que tenía oportunidad de hacerlo.)
No temas, improbable lector: no escribiré setenta páginas de mala literatura. (Me limitaré a un máximo de cincuenta o sesenta.)
El Rolón actual (el gurú de Perros de la Calle, el youtuber con canal monetizado, el mercader de elixires y panaceas para las angustias burguesas) recomienda el egoísmo extremo, sin importar los costos ni las consecuencias. En resumen: la cosmovisión de Rolón y de sus clientes actuales o potenciales consiste en que el mundo está lleno de gente mala que solo existe para arruinarte la vida, para envidiarte, para psicopatearte, para frenar o entorpecer tu carrera, para encerrarte en una jaula y tenerte como mascota, para ponerte límites, para obligarte a repetir el pasado una y otra vez como en El día de la marmota, para no dejarte crecer, para no blablablá ni tampoco etcétera; vos, ser de luz, almita de cristal carente de toda maldad, sos una víctima y tenés que dejar de serlo. Toda la gente que te rodea es tóxica (N. del E.: no consta en actas que Rolón haya usado alguna vez esa palabra, quizá para no tener problemas legales con Stamateas, pero es la misma idea), y tenés que salir de ese círculo. ¿Cómo? Soltando, tomando la decisión con la que puedas vivir. No tengas compasión: recordá que tampoco la tendrán con vos.
¿Esa gente que vive para dañarte está triste, enferma, desamparada, deprimida, débil, sola? No importa: son solo personajes secundarios y prescindibles; el protagonismo absoluto en esta obra es tuyo y solo tuyo, sos el personaje que sobrevive hasta el final y prevalece. Palo y a la bolsa; no sentirán nada, son perjudiciales y subhumanos, no como vos que sí valés mucho, sos demasiado para esa manada que te rodea y que ni siquiera se psicoanaliza.
(El primer paso para cometer genocidio es deshumanizar mentalmente a los futuros asesinados; se siente culpa por exterminar seres humanos, pero ¿quién sentiría remordimiento por matar hormigas o ratas? Creo que el principio es también aplicable a un contexto menos trágico y más cercano que Dachau o Treblinka.)
Nada de esto se encuentra en un video o en un libro en particular; está distribuido entre toda la actividad visible de Rolón en los últimos años. Puede y debe tomarse como opinión personal.
A propósito, estoy escribiendo una biografía: «Gabriel Rolón: una vida desde la revolución justicialista hasta la rebelión de Atlas». Creo que será un gran éxito, en especial entre los votantes del muy probable futuro gobierno.
Maravilloso krank, como siempre. ¡Qué lindo que escribís hijo de mil! (Va con onda y verdadera admiración)
Rolón no es tonto, se adapta al tipo de clientela que tiene que es la que le da de comer. Si hemos de creerle a Mikkel Borch-Jacobsen, el exito del psicoanálisis de debe a que "hace decir al inconsciente lo que cada una de sus clientelas quiere escuchar,creando en cada ocasión un pequeño universo terapéutico en el que la oferta corresponde exactamente a la demanda. Que haya tantos universos de este tipo como demandas, no es de ninguna manera preocupante para el psicoanálisis ya que es precisamente así como se propaga y sobrevive a su propia inconsistencia teórica. Ese es el gran secreto del éxito del psicoanálisis, que la leyenda
freudiana ha escondido durante tanto tiempo: nunca ha habido “psicoanálisis”, solamente una miríada de conversaciones terapéuticas tan diversas como sus participantes. El psicoanálisis, es
exactamente todo y no importa qué – todo porque no importa el qué."
Si pensamos que Rolón habla para la audiencia de ese forro, clasista y reaccionario de Andy Kusnetsoff ( no quiero generalizar ni ser prejuiciosa, pero seguro que tiene un alto porcentaje de votantes de Milei) las palabras de Borch-Jacobsen parecen atinadas. Pero también es verdad lo que decís: ya ni siquiera habla desde el psicoanálisis; está haciendo cualquiera.
Me quedé pensando que esa victimización constante es parte fundamental del discurso Progre: llámese feminismo, la cultura woke o la política de identidades. La persona que está a mi lado es un potencial opresor, discriminador, violador o lo que sea. Mi subjetividad es sagrada y todo me hiere, todo me ofende y todo me lastima. Toda persona tiene un opresor y siempre ese opresor es el que está a mi lado. No hace falta ser un genio para darse cuenta de quien sale beneficiado de todo esto. ¿ qué es lo que falta acá? ¿Quien es el gran ausente de todo este discurso?
No me voy a enojar Krank, lo mio es resignación.
Es dificil a veces comprender como funciona la mente de las personas; a veces incluso cuando quienes dicen y comparten cosas que estén de alguna manera del mismo lado que uno, si lo que se dice empaña nuestro brillo tendemos a cancelar, ignorar y denostar. Atilio será muy obvio, pero los discursos que leí por acá no parecen ir de la mano con lo que él dice. Algunos hasta revindican la derecha peronista. Y eso que el tipo no se metió en temas de los wokes, mas bien les hizo una pequeña burla con lo de "colegas y colegos".
Sin más nada que compartir, me retiro a mirar la pelicula alemana del canguro 3D comunista que habla. Me parece que no la debo haber entendido.
Los dejo, no quiero pasar entre las flores que vuelan de un lado al otro e interrumpir de alguna manera la reconfirmación mutúa.
Sepa, señor, que quien está hablando con un idiota es usted.
Bueno, debe ser consolador para "alguno" que se autopercibe peronista ( desconociendo lo que es) ir a votar a Massa en Octubre, creyendo que así vota a la "izquierda peronista" y de esta manera frena a la derecha. Debe ser un mecanismo de defensa para no ver la triste verdad: que todos los candidatos son reliableallies in Latin America , lo que traducido literalmente en buen criollo significa cipayos
Neoliberalismo progresista vs Neoliberalismo conservador; esa es la propuesta para Octubre. Lo siento, yo paso.
Lo que nunca voy a hacer es tratar de ignorante a esta persona. Denostar el voto popular y burlarme de mis compatriotas es de "iluminado" no de Peronista. No es insultando y degradando a los votantes como vamos a restar votos a Milei. Así de simple. y tan difícil de entender parece.