“La música y las tropas”
Otros temas: Música militar.
• Hebreos: Trompetas de Jericó. 12 Tribus de Israel.
• Griegos: Batalla de Maratón. Cornos. Alejandro Magno; cítara; Filipo II.
• Napoleón: tambores
• Romanos: trompas, timbales.
• España: Batalla de Sagrajas. Yúsuf. Alfonso VI. Rodrigo Díaz de Vivar.
• Himnos: de Brahma, del Nilo, Davídicos.
• Himnos Nacionales: La Marsellesa. Italiani Uniti: Giuseppe Verdi, Victor Manuel. Marcha Triunfal de Aida. Ópera Nabucco.
De la entrevista a Dolina en el link posteado por Enoch:
Periodista: “¿Cómo te llevás con el ego? ¿Qué relación tenés con el ego?”
Dolina: "No tengo una relación con el ego. Soy el ego".
(Comentario: Mmmmmm... si no entendemos que no somos el ego, se hace todo muy difícil...o imposible más bien).
"Cómo te llevas con el ego". La respuesta no quiere decir que es un ególatra; toma la palabra ego en su significado de "yo".
El ego (yo) y el pensamiento (él), dos en un cuerpo...
Y el Amor que va, bichito de luz, Numen, del uno al otro con sus "efímeros puentes" (miente al decir efímeros, con la esperanza de que el interlocutor lo refute , pero el interlocutor no lo hace por amor, porque está amando, no hay lugar para el desamor).
Quieren (yo que mira la TV y él que se preocupa cognición filosófica) estar separados del amor; conviven con él, lo sienten y entonces se incomodan ( lo nombran "un fastidio"). Es más fácil entonces, llevarse bien con el sexo (lo inculcado por sexo).
El amor no tiene fecha de vencimiento. El sexo tiene fecha de vencimiento. Es decir, no tiene un lenguaje unívoco, no es un sistema de códigos tan simple para reducirlo a su efecto narcótico o desvirtuarlo, confronta al hombre en la encrucijada humana del entendimiento, con que debe entenderlo completamente o cesar.
El amor no hace sentir y pensar "a" la Muerte a cada rato, el amor está "entre" ella y el ser, es "quien se pone en el medio"... El amor es crisis, tal la vida en acto, ocupa no preocupa; la sexualidad preocupa, tiene a la muerte sentada en el hombro y sonriendo (bloqueando). Hablo de las fuerzas químicas que son el Gran Embaucador,... quien te dice que no habrá ni hay otro paraíso que el suyo. El amor no lo necesita, lo incluye y lo "pone en su lugar", el amor es el alquimista por antonomasia; el sexo, un elemento fuera de control, cuando quiere ocupar espacio-tiempo y seres, a los que debe servir y no poseer; mientras tanto,...no se desarrolla.
Si percibes vivo al objeto-sujeto ante tí y contigo, te percibes vivo, no miras y dices "estaremos todos muertos".
No es un "puente efímero" el Amor...Ya no vale mentirse. Está allí todo el tiempo y cruza y descruza y no hay donde esconderse uno del otro (ego-pensamiento)
Tal vez él, ya no es ni el uno ni el otro. Cómo se dice alguien de 73 años, "soy amor, sé qué significa"...Y mientras la jarra no termina de caer, permanece atrapado y suspenso, en una verdad del cuerpo y el paradójico temor sensual : "no sé cómo darlo y recibirlo, sin destruirme" (sin alterar la seguridad que construí).
Sí, el Amor irrita. Hay que averiguar qué quiere decir.
Ya no es tiempo de sostener una postura que, alcanzó estado de corteza y frase hecha vacía de gracia ,en sus actuales exploraciones de la sabiduría :
"Prefiero tener razón, a ser feliz."
En cambio : "Querido Tute",... es Dolina.
Borren toda la entrevista y dejen ese final (después de toda la parafernalia).
Dolina es amor, con puentes enredados.
Es obvio que un acompañante que sea por sí mismo o por su figura el protagonista : no puede compartir con Dolina el protagonismo, dos cuerpos abstractos no pueden ocupar al mismo tiempo un lugar según las leyes ;) de la metafísica, como dos cuerpos no pueden hacerlo conforme a las leyes de la física. No pueden ser ni depender, a través del otro, excepto mediante intercambios y concesiones surgidas de la empatía, el cariño y el respeto, pero eso limitaría completamente la libre creatividad. Sí lo permite el lazo auténtico y sano : entre padre-hijo o una pareja que se ama, pues en ESE caso no hay competencia, no hay lucimientos a costa del otro. De lo que logren JUNTOS, dependerá la reacción del espectador y oyente (hablamos de teatro y radio ¿no?) Y hablamos del presente, de la personalidad actual del hombre-artista con sus actuales conflictos, necesidades, destrezas y exigencias en la interacción creativa, que parecerían condicionar la posibilidad del tercero-a, "balanza", catalizador y ... arco dispuesto a ser tensado.
Insisto, no por capricho : Ale o Martín. A esta altura de las crisis, crecimientos y sabidurías logradas, cada uno sería puente no efímero. La prueba compartida con el público. Puente necesario, un arte en común.
Decir "no creo en nada", es decir ¡yo creía en todo y quiero volver a sentirme así, hacer que otros, que todos, puedan volver a sentirse así!
Pero hay un costo que A.D. nunca pagará : quitarse la máscara, la exposición directa sin el paracaídas y la coartada del personaje, quién es el doble, el suplantador y, quién el verdadero (El inspector Bouvard contra el rey de los disfraces).
Se me cruzó la imagen de N.K. ( que no era más que un hombre) saltando, de arriba hacia abajo, saltando a la gente.
"¡Y ahí está!" proclamarían los cínicos vivisectores : es por "no me importa más nada de nada", es astuto o es un loco.
¡¡ No se puede no defraudar a los demás cuando los demás lo que quieren es que TE defraudes !! La mejor declaración de fe en sí mismo, la confianza capaz de sublimación, deben ser realizadas primero para y por, el propio ser. Para resultar un inédito gesto de amor .
"No es que yo crea, pero...ya que se tomaron tantas molestias, bueno, ahí va", ¡excluido para siempre con su carga de prejuicio, miedo y sarcasmo!
No, no digo que la respuesta de Dolina revele egolatría, lo que revela es que él cree (creencia que es ampliamente predominante) que "es" un ego, es decir, una personalidad, un complejo cuerpo/mente finito, limitado, cambiante, perecible.
Esa creencia (equivocada, falsa) es la fuente y origen de todas las angustias y preocupaciones que aquejan a la humanidad (una vez que se han satisfecho las necesidades más básicas) y que se manifiestan en Dolina de una manera quizás más aguda que en la mayoría, debido seguramente a su mayor capacidad intelectual, como se puede apreciar en el resto de la entrevista, en la cual predomina el pesimismo, el dolor, la angustia ante paso del tiempo y ante la muerte. Su gran inteligencia le impide, muy razonablemente, creer en una persistencia de ese ego cambiante y relativo (que él cree ser) más allá de la muerte.
La angustia de Dolina es la que todos tenemos que enfrentar en algún momento de nuestra evolución espiritual, cuando nos hacemos plenamente conscientes de nuestra propia finitud. Es la angustia del príncipe Siddharta Gautama en el palacio de su padre, rodeado de lujos y placeres, y al mismo tiempo totalmente impedido de disfrutarlos, profundamente angustiado por las amenazas de la enfermedad, la vejez y la muerte a la vuelta de la esquina. "Si no fuera por la muerte, yo sería feliz" dice en un momento. Es necesario un salto audaz, como el que dio Siddharta para transformarse en el Buda, el iluminado, o más precisamente "el que ha despertado". No es necesario, como Siddharta, abandonar el palacio e internarse en los bosques, ni someterse a austeridades extremas. Pero sí se necesita algo así como subirse al pupitre (como en "La Sociedad de los Poetas Muertos") y contemplar la vida desde otro punto de vista. Desde abajo, desde el ego, todo se ve limitado, finito, cambiante, relativo, efímero. No hay solidez, no hay un punto de apoyo firme. Las promesas de las diferentes iglesias de una vida eterna parecen difusas, inconsistentes, cuando no directamente absurdas. Todo lleva al pesimismo y a la desesperanza.
Quizás desde otra perspectiva, veamos la vida como es en realidad: infinita, ilimitada, absoluta...
Y entonces tal vez, como Siddharta, despertemos!
Generalizar y hablar en plural, es cuantimenos una presunción errónea, irresponsable, con implicancias de sociedad anónima, de cara no visible. Un misterioso ejército aludible al que se puede remitir citando bibliotecas fatigosas de rastrear y a veces inaccesibles : un juicio impropio, que quien no pastoreó esos campos, mal puede confirmar y peor aún afirmar. No es filosóficamente ni científicamente correcto incitar a repetir, ni a criar pájaros. Ya existe en libertad la Verdad y los Pájaros.
En todos los aspectos de la vida, la experiencia es el aval de sentires, pensares, intuiciones, teorías. No accedo a todo porque carece de sentido. Pero sí a aquello que atañe al hilo puesto en mi mano al nacer. A la línea que será mi trayectoria. A mi universo físico y metafísico que se "conectó" y dio inicio a mi espacio-tiempo, en el alumbramiento. De ahí parte la sucesión (volveré a ser alumbrada muchas veces, pero seguro dos o tres equivalentes a fragmentos preciosos de la piedra filosofal). Definiré con mi apertura o cierre el condicionamiento de la confianza necesaria para entender y aceptar lo inabarcable y lo aprehensible. Brazo, antebrazo, mano, delimitan la distancia, diámetro y superficie alrededor de mi cuerpo, donde dos pulsos tienen derecho; donde dos pulsos deciden mi vida y mi conexión con el saber : la mente lluvia y rayo, fluctuando dentro y fuera de un cerebro; el espíritu expandiéndose y contrayéndose, en el fuego de un corazón.
Soy un pescador en un bote, las líneas que lance a lo lejos, lo que alcance, lo que atraiga hacia mí, será lo máximo permitido más allá de mi aura y de mi escudo, de los mecanismos activos imperceptibles aún para mí.
¿Cómo puedo hablar por otros, decidir sobre otros, masificarlos, imponerles la sentencia de lo extraordinario o lo reciclable, de lo esencial y útil o común y deshechable, al nivel de microorganismo que concluyera superiores sus atribuciones y se moviera para dominar el bioma, autoproclamado regente de la biosfera, inoculándose en otros, multiplicándose en copias de sí mismo? ¿Doy por leída la página y la doy vuelta, doy por correcta la fórmula escrita que interpreté y la aplico sobre todo?, al menos sería honesto sólo sobre mí.
Si aprendí por experiencia y si permaneció inalterable ese saber, sucedidos tiempo y vivencias propias y ajenas, suficientes : podré decir que un aspecto de mí fue reorganizado, que su estructura y su mecanismo, es veraz.
Sé o no sé. Sí o no. Es todo para lo que tengo permiso. Es lo correcto. Es lo que impide la mentira y el crimen.
La única equivocación justificable y que lleva el perdón en sí misma, es la que ocasiona el Amor. Todo aquello que no haces por tí ni para tí.
Inicias el viaje con un atadito que contiene lo que necesitarás: seré quien pueda ser con lo que tengo, con lo que el viaje hizo de la pureza de mis bienes. Ni el ser ni el ego. "Eso"... que guarda silencio, donde todo cabe.
El ser es peor que el ego : se da por inmortal, eterno e inmutable, no discute; el ego "quiere ser siempre él mismo" y ni la eternidad ni la inmortalidad, ofrecen garantía de posibilidad en virtud del movimiento que necesita para seguir siendo, toda su vida es una discusión.
Así que el estado de Amor cuyo acceso es semejante a los cuchillos en los pies de la sirenita, en este universo de materia que habrá cada uno-a aprehendido en su experiencia y elegido por falso o por cierto pero por suficiente, es semejante a "Eso" que guarda Silencio, donde todo cabe. Y aún así, apenas, Umbra sagrada que te acoge.
Si puedes unirte a alguien y sentir al otro extremo de tu hilo, el Ovillo : te moverás con él y lo que sientes, en esa Umbra; se sabrán llama y luz, parte de ese territorio sin espacio ni tiempo, así que humanamente incontrolable. Hará de vuestros átomos lo que quiere, porque sabe de vuestra Alma (una, no dos). Ni miedo, ni desconfianza. Ni las cápsulas o cámaras, de las palabras.
¿Sabes, Daniel F. ... dónde está Dolina?
Aclaro, porque de la forma en que lo expresé quedó confuso, que el que dijo “Si no fuera por la muerte, yo sería feliz” no fue Siddharta sino Dolina, en la entrevista de la que estamos hablando.
¡Y es que para eso está la muerte! Y para eso están sus precursores, sus anunciadores: el dolor, la enfermedad, la vejez… Para que no nos quedemos tranquilos y despreocupados disfrutando de los placeres sensoriales. Para que no nos conformemos con la pequeña felicidad precaria, relativa, limitada del mundo sensorial. Para que crezcamos. Para impulsarnos a la superación del dolor y de la misma muerte, y acceder a la felicidad completa y absoluta, como hizo Siddharta, como hizo Jesús, y todos los grandes maestros.
La muerte, vista desde abajo (para seguir con el ejemplo), es una desgracia, un castigo, una realidad aborrecible, detestable, cuyo recuerdo nos puede impedir hasta “disfrutar de una fiesta de cumpleaños” (Dolina).
Parados en el pupitre de la clase de Robin Williams (espero que hayan visto la película, si no nada de lo que estoy diciendo tiene sentido. Alguno me podrá decir: "ni siquiera así tiene sentido". ¡Bueno, señor!), la muerte es una pieza clave, necesaria, imprescindible del maravilloso engranaje del universo. La vida (relativa) sin muerte (relativa) sería un absurdo total. Sería una invitación a quedarnos en la relatividad por siempre. El universo quiere vernos crecer. Quiere que el hijo pródigo, que una vez se fue de casa y que ahora pasa hambre en tierras extrañas, comiendo las cáscaras vacías de este mundo material, un día se levante y diga: “Volveré. Regresaré a la casa de mi padre, donde nada me faltará”.
"¡Oh Capitán, mi Capitán!".
Difícil evocar "La Sociedad de los Poetas Muertos", en particular su última escena, un canto a la dignidad humana, sin conmoverse hasta lo más profundo.
Carpe diem!
La vida es lo que no sabes decir de la muerte.
La muerte es lo que no sabes vivir.
El dolor, la enfermedad, la vejez, no son precursores ni anunciadores de la muerte, sino de la física y metafísica que pierde y derrocha la ignorante juventud. La juventud es como la arena que cae del agujero de la bolsa : los ángeles y gigantes tienen que crear compensaciones que la justifiquen donde cayó, el discurso del elogio tan convincente y difundido, capturándolo todo como una tempestad geomagnética resonando y obrando de modo tal que no quede nada sin oírlo. La ciega juventud y sus ciegos engendros de Olvido : que pide demasiado y no deja vivir al Ser quemado y malherido, sediento y extraviado, aturdido por lenguas incomprensibles, áspero órgano de lava torturada, envolvente barro de brillantes, como una piel acribillada de poros por donde la luz del ser escapa - piel que se adjudica a ella...El cielo envía los caballos del viento para rescatarlo, pero la arena separa, raspa al Ojo que no piensa ni ve. La juventud agujerea la bolsa con la Vida entera cargada en ella. Misterios y milagros posibles y mayores, que todas las virtudes y pecados, no de patética humanidad, sino cósmicos.
La Vida es lo que no dices de la vida. La Muerte es lo que no dices de la muerte. Lo que no dices es la palabra que no ardió ni arde.
¿Quién sabe qué fue de aquella Bolsa? ¿De dónde provenía? No es su metáfora la de la madre, quien cree venir de allí está perdido. La madre también busca a quien provino de allí. No nos hemos transfigurado. Somos los que fuimos. ¿Qué pueden reprobar réprobos a las palomas? Besa a los que amas y deja que venga en paz, serenamente, el amor que transgrediste con su vida y con su muerte. O nunca sabrás de aquella bolsa.
Viyi, ¿vos no has leído a los llamados "poetas místicos sufíes"? (el más famoso: Jalaluddin Rumi, pero hay muchos otros). Si no lo has hecho, te lo recomiendo; creo que es un universo muy adecuado a tu sensibilidad.
Ale Dolina o Martín Dolina,... a la mesa con Alejandro y Patricio.
https://youtu.be/dnsHuWL_u6o
De la entrevista a Dolina en el link posteado por Enoch:
Periodista: “¿Cómo te llevás con el ego? ¿Qué relación tenés con el ego?”
Dolina: "No tengo una relación con el ego. Soy el ego".
(Comentario: Mmmmmm... si no entendemos que no somos el ego, se hace todo muy difícil...o imposible más bien).
https://radiocut.fm/audiocut/editorial-leonardo-greco-el-mordisquito-del-siglo-xxi/
"Cómo te llevas con el ego". La respuesta no quiere decir que es un ególatra; toma la palabra ego en su significado de "yo".
El ego (yo) y el pensamiento (él), dos en un cuerpo...
Y el Amor que va, bichito de luz, Numen, del uno al otro con sus "efímeros puentes" (miente al decir efímeros, con la esperanza de que el interlocutor lo refute , pero el interlocutor no lo hace por amor, porque está amando, no hay lugar para el desamor).
Quieren (yo que mira la TV y él que se preocupa cognición filosófica) estar separados del amor; conviven con él, lo sienten y entonces se incomodan ( lo nombran "un fastidio"). Es más fácil entonces, llevarse bien con el sexo (lo inculcado por sexo).
El amor no tiene fecha de vencimiento. El sexo tiene fecha de vencimiento. Es decir, no tiene un lenguaje unívoco, no es un sistema de códigos tan simple para reducirlo a su efecto narcótico o desvirtuarlo, confronta al hombre en la encrucijada humana del entendimiento, con que debe entenderlo completamente o cesar.
El amor no hace sentir y pensar "a" la Muerte a cada rato, el amor está "entre" ella y el ser, es "quien se pone en el medio"... El amor es crisis, tal la vida en acto, ocupa no preocupa; la sexualidad preocupa, tiene a la muerte sentada en el hombro y sonriendo (bloqueando). Hablo de las fuerzas químicas que son el Gran Embaucador,... quien te dice que no habrá ni hay otro paraíso que el suyo. El amor no lo necesita, lo incluye y lo "pone en su lugar", el amor es el alquimista por antonomasia; el sexo, un elemento fuera de control, cuando quiere ocupar espacio-tiempo y seres, a los que debe servir y no poseer; mientras tanto,...no se desarrolla.
Si percibes vivo al objeto-sujeto ante tí y contigo, te percibes vivo, no miras y dices "estaremos todos muertos".
No es un "puente efímero" el Amor...Ya no vale mentirse. Está allí todo el tiempo y cruza y descruza y no hay donde esconderse uno del otro (ego-pensamiento)
Tal vez él, ya no es ni el uno ni el otro. Cómo se dice alguien de 73 años, "soy amor, sé qué significa"...Y mientras la jarra no termina de caer, permanece atrapado y suspenso, en una verdad del cuerpo y el paradójico temor sensual : "no sé cómo darlo y recibirlo, sin destruirme" (sin alterar la seguridad que construí).
Sí, el Amor irrita. Hay que averiguar qué quiere decir.
Ya no es tiempo de sostener una postura que, alcanzó estado de corteza y frase hecha vacía de gracia ,en sus actuales exploraciones de la sabiduría :
"Prefiero tener razón, a ser feliz."
En cambio : "Querido Tute",... es Dolina.
Borren toda la entrevista y dejen ese final (después de toda la parafernalia).
Dolina es amor, con puentes enredados.
Es obvio que un acompañante que sea por sí mismo o por su figura el protagonista : no puede compartir con Dolina el protagonismo, dos cuerpos abstractos no pueden ocupar al mismo tiempo un lugar según las leyes ;) de la metafísica, como dos cuerpos no pueden hacerlo conforme a las leyes de la física. No pueden ser ni depender, a través del otro, excepto mediante intercambios y concesiones surgidas de la empatía, el cariño y el respeto, pero eso limitaría completamente la libre creatividad. Sí lo permite el lazo auténtico y sano : entre padre-hijo o una pareja que se ama, pues en ESE caso no hay competencia, no hay lucimientos a costa del otro. De lo que logren JUNTOS, dependerá la reacción del espectador y oyente (hablamos de teatro y radio ¿no?) Y hablamos del presente, de la personalidad actual del hombre-artista con sus actuales conflictos, necesidades, destrezas y exigencias en la interacción creativa, que parecerían condicionar la posibilidad del tercero-a, "balanza", catalizador y ... arco dispuesto a ser tensado.
Insisto, no por capricho : Ale o Martín. A esta altura de las crisis, crecimientos y sabidurías logradas, cada uno sería puente no efímero. La prueba compartida con el público. Puente necesario, un arte en común.
Decir "no creo en nada", es decir ¡yo creía en todo y quiero volver a sentirme así, hacer que otros, que todos, puedan volver a sentirse así!
Pero hay un costo que A.D. nunca pagará : quitarse la máscara, la exposición directa sin el paracaídas y la coartada del personaje, quién es el doble, el suplantador y, quién el verdadero (El inspector Bouvard contra el rey de los disfraces).
Se me cruzó la imagen de N.K. ( que no era más que un hombre) saltando, de arriba hacia abajo, saltando a la gente.
"¡Y ahí está!" proclamarían los cínicos vivisectores : es por "no me importa más nada de nada", es astuto o es un loco.
¡¡ No se puede no defraudar a los demás cuando los demás lo que quieren es que TE defraudes !! La mejor declaración de fe en sí mismo, la confianza capaz de sublimación, deben ser realizadas primero para y por, el propio ser. Para resultar un inédito gesto de amor .
"No es que yo crea, pero...ya que se tomaron tantas molestias, bueno, ahí va", ¡excluido para siempre con su carga de prejuicio, miedo y sarcasmo!
No, no digo que la respuesta de Dolina revele egolatría, lo que revela es que él cree (creencia que es ampliamente predominante) que "es" un ego, es decir, una personalidad, un complejo cuerpo/mente finito, limitado, cambiante, perecible.
Esa creencia (equivocada, falsa) es la fuente y origen de todas las angustias y preocupaciones que aquejan a la humanidad (una vez que se han satisfecho las necesidades más básicas) y que se manifiestan en Dolina de una manera quizás más aguda que en la mayoría, debido seguramente a su mayor capacidad intelectual, como se puede apreciar en el resto de la entrevista, en la cual predomina el pesimismo, el dolor, la angustia ante paso del tiempo y ante la muerte. Su gran inteligencia le impide, muy razonablemente, creer en una persistencia de ese ego cambiante y relativo (que él cree ser) más allá de la muerte.
La angustia de Dolina es la que todos tenemos que enfrentar en algún momento de nuestra evolución espiritual, cuando nos hacemos plenamente conscientes de nuestra propia finitud. Es la angustia del príncipe Siddharta Gautama en el palacio de su padre, rodeado de lujos y placeres, y al mismo tiempo totalmente impedido de disfrutarlos, profundamente angustiado por las amenazas de la enfermedad, la vejez y la muerte a la vuelta de la esquina. "Si no fuera por la muerte, yo sería feliz" dice en un momento. Es necesario un salto audaz, como el que dio Siddharta para transformarse en el Buda, el iluminado, o más precisamente "el que ha despertado". No es necesario, como Siddharta, abandonar el palacio e internarse en los bosques, ni someterse a austeridades extremas. Pero sí se necesita algo así como subirse al pupitre (como en "La Sociedad de los Poetas Muertos") y contemplar la vida desde otro punto de vista. Desde abajo, desde el ego, todo se ve limitado, finito, cambiante, relativo, efímero. No hay solidez, no hay un punto de apoyo firme. Las promesas de las diferentes iglesias de una vida eterna parecen difusas, inconsistentes, cuando no directamente absurdas. Todo lleva al pesimismo y a la desesperanza.
Quizás desde otra perspectiva, veamos la vida como es en realidad: infinita, ilimitada, absoluta...
Y entonces tal vez, como Siddharta, despertemos!
Generalizar y hablar en plural, es cuantimenos una presunción errónea, irresponsable, con implicancias de sociedad anónima, de cara no visible. Un misterioso ejército aludible al que se puede remitir citando bibliotecas fatigosas de rastrear y a veces inaccesibles : un juicio impropio, que quien no pastoreó esos campos, mal puede confirmar y peor aún afirmar. No es filosóficamente ni científicamente correcto incitar a repetir, ni a criar pájaros. Ya existe en libertad la Verdad y los Pájaros.
En todos los aspectos de la vida, la experiencia es el aval de sentires, pensares, intuiciones, teorías. No accedo a todo porque carece de sentido. Pero sí a aquello que atañe al hilo puesto en mi mano al nacer. A la línea que será mi trayectoria. A mi universo físico y metafísico que se "conectó" y dio inicio a mi espacio-tiempo, en el alumbramiento. De ahí parte la sucesión (volveré a ser alumbrada muchas veces, pero seguro dos o tres equivalentes a fragmentos preciosos de la piedra filosofal). Definiré con mi apertura o cierre el condicionamiento de la confianza necesaria para entender y aceptar lo inabarcable y lo aprehensible. Brazo, antebrazo, mano, delimitan la distancia, diámetro y superficie alrededor de mi cuerpo, donde dos pulsos tienen derecho; donde dos pulsos deciden mi vida y mi conexión con el saber : la mente lluvia y rayo, fluctuando dentro y fuera de un cerebro; el espíritu expandiéndose y contrayéndose, en el fuego de un corazón.
Soy un pescador en un bote, las líneas que lance a lo lejos, lo que alcance, lo que atraiga hacia mí, será lo máximo permitido más allá de mi aura y de mi escudo, de los mecanismos activos imperceptibles aún para mí.
¿Cómo puedo hablar por otros, decidir sobre otros, masificarlos, imponerles la sentencia de lo extraordinario o lo reciclable, de lo esencial y útil o común y deshechable, al nivel de microorganismo que concluyera superiores sus atribuciones y se moviera para dominar el bioma, autoproclamado regente de la biosfera, inoculándose en otros, multiplicándose en copias de sí mismo? ¿Doy por leída la página y la doy vuelta, doy por correcta la fórmula escrita que interpreté y la aplico sobre todo?, al menos sería honesto sólo sobre mí.
Si aprendí por experiencia y si permaneció inalterable ese saber, sucedidos tiempo y vivencias propias y ajenas, suficientes : podré decir que un aspecto de mí fue reorganizado, que su estructura y su mecanismo, es veraz.
Sé o no sé. Sí o no. Es todo para lo que tengo permiso. Es lo correcto. Es lo que impide la mentira y el crimen.
La única equivocación justificable y que lleva el perdón en sí misma, es la que ocasiona el Amor. Todo aquello que no haces por tí ni para tí.
Inicias el viaje con un atadito que contiene lo que necesitarás: seré quien pueda ser con lo que tengo, con lo que el viaje hizo de la pureza de mis bienes. Ni el ser ni el ego. "Eso"... que guarda silencio, donde todo cabe.
El ser es peor que el ego : se da por inmortal, eterno e inmutable, no discute; el ego "quiere ser siempre él mismo" y ni la eternidad ni la inmortalidad, ofrecen garantía de posibilidad en virtud del movimiento que necesita para seguir siendo, toda su vida es una discusión.
Así que el estado de Amor cuyo acceso es semejante a los cuchillos en los pies de la sirenita, en este universo de materia que habrá cada uno-a aprehendido en su experiencia y elegido por falso o por cierto pero por suficiente, es semejante a "Eso" que guarda Silencio, donde todo cabe. Y aún así, apenas, Umbra sagrada que te acoge.
Si puedes unirte a alguien y sentir al otro extremo de tu hilo, el Ovillo : te moverás con él y lo que sientes, en esa Umbra; se sabrán llama y luz, parte de ese territorio sin espacio ni tiempo, así que humanamente incontrolable. Hará de vuestros átomos lo que quiere, porque sabe de vuestra Alma (una, no dos). Ni miedo, ni desconfianza. Ni las cápsulas o cámaras, de las palabras.
¿Sabes, Daniel F. ... dónde está Dolina?
*desechable no deshechable (ya apreció mi h guerrera)
Aclaro, porque de la forma en que lo expresé quedó confuso, que el que dijo “Si no fuera por la muerte, yo sería feliz” no fue Siddharta sino Dolina, en la entrevista de la que estamos hablando.
¡Y es que para eso está la muerte! Y para eso están sus precursores, sus anunciadores: el dolor, la enfermedad, la vejez… Para que no nos quedemos tranquilos y despreocupados disfrutando de los placeres sensoriales. Para que no nos conformemos con la pequeña felicidad precaria, relativa, limitada del mundo sensorial. Para que crezcamos. Para impulsarnos a la superación del dolor y de la misma muerte, y acceder a la felicidad completa y absoluta, como hizo Siddharta, como hizo Jesús, y todos los grandes maestros.
La muerte, vista desde abajo (para seguir con el ejemplo), es una desgracia, un castigo, una realidad aborrecible, detestable, cuyo recuerdo nos puede impedir hasta “disfrutar de una fiesta de cumpleaños” (Dolina).
Parados en el pupitre de la clase de Robin Williams (espero que hayan visto la película, si no nada de lo que estoy diciendo tiene sentido. Alguno me podrá decir: "ni siquiera así tiene sentido". ¡Bueno, señor!), la muerte es una pieza clave, necesaria, imprescindible del maravilloso engranaje del universo. La vida (relativa) sin muerte (relativa) sería un absurdo total. Sería una invitación a quedarnos en la relatividad por siempre. El universo quiere vernos crecer. Quiere que el hijo pródigo, que una vez se fue de casa y que ahora pasa hambre en tierras extrañas, comiendo las cáscaras vacías de este mundo material, un día se levante y diga: “Volveré. Regresaré a la casa de mi padre, donde nada me faltará”.
"¡Oh Capitán, mi Capitán!".
Difícil evocar "La Sociedad de los Poetas Muertos", en particular su última escena, un canto a la dignidad humana, sin conmoverse hasta lo más profundo.
Carpe diem!
La vida es lo que no sabes decir de la muerte.
La muerte es lo que no sabes vivir.
El dolor, la enfermedad, la vejez, no son precursores ni anunciadores de la muerte, sino de la física y metafísica que pierde y derrocha la ignorante juventud. La juventud es como la arena que cae del agujero de la bolsa : los ángeles y gigantes tienen que crear compensaciones que la justifiquen donde cayó, el discurso del elogio tan convincente y difundido, capturándolo todo como una tempestad geomagnética resonando y obrando de modo tal que no quede nada sin oírlo. La ciega juventud y sus ciegos engendros de Olvido : que pide demasiado y no deja vivir al Ser quemado y malherido, sediento y extraviado, aturdido por lenguas incomprensibles, áspero órgano de lava torturada, envolvente barro de brillantes, como una piel acribillada de poros por donde la luz del ser escapa - piel que se adjudica a ella...El cielo envía los caballos del viento para rescatarlo, pero la arena separa, raspa al Ojo que no piensa ni ve. La juventud agujerea la bolsa con la Vida entera cargada en ella. Misterios y milagros posibles y mayores, que todas las virtudes y pecados, no de patética humanidad, sino cósmicos.
La Vida es lo que no dices de la vida. La Muerte es lo que no dices de la muerte. Lo que no dices es la palabra que no ardió ni arde.
¿Quién sabe qué fue de aquella Bolsa? ¿De dónde provenía? No es su metáfora la de la madre, quien cree venir de allí está perdido. La madre también busca a quien provino de allí. No nos hemos transfigurado. Somos los que fuimos. ¿Qué pueden reprobar réprobos a las palomas? Besa a los que amas y deja que venga en paz, serenamente, el amor que transgrediste con su vida y con su muerte. O nunca sabrás de aquella bolsa.
Viyi, ¿vos no has leído a los llamados "poetas místicos sufíes"? (el más famoso: Jalaluddin Rumi, pero hay muchos otros). Si no lo has hecho, te lo recomiendo; creo que es un universo muy adecuado a tu sensibilidad.
40:30 - La música y las tropas (música militar)