Igual es raro que se haya olvidado de que la música programática la inventó Liszt con los poemas sinfónicos;es decir un músico, no un crítico. Un músico enorme por otra parte. Pero me alegra, me alegra enormemente que se haya alejado o que ya no tenga en un pedestal a esas opiniones influidas por el pensamiento francés posmoderno y posestructuralista de que "no hay un más allá de " . Bueno, no: Hay un contexto, hay una tradición diría Borges. Hay un modo de leer distinto a como era hace 100 años . Hay una manera de escuchar la música hoy distinta a como era hace 50 años y un modo de interpretarlos. Bien ahí.¿ tendrá algo que ver con el momento actual que vivimos esa mirada distinta? Yo pienso que si, pero me reservo mi opinión sobre elio. Cariños. Me voy rápido antes de que Jacinta Viyimahuida venga a "corregirme".Cariños.
pd: Con respecto a la guita que se maneja en este sitio, aclaro que yo no vi un mango eh! Que onda? ¿me discriminan?Una página machista, evidentemente.
La heladera inteligente de procuctora y agenda, eso ! por ahí va.... (de paso de tercer integrante, por lo menos habria algo fresco para servirse cerca...)
Sobre los comentarios de Dolina y Barton acerca de los aparatos (por no decir dispositivos) inteligentes, en especial la heladera inteligente, sólo se pueden decir dos palabras: geniales.
A partir de un mensaje de una oyente (que escuchaba el programa desde hace 30 años cuando nació su hija, y ahora su hija tenía esa edad y etc), Dolina ingresó en una reflexión (al menos así lo entendí) sobre si una obra de arte tenía valor en sí misma o si el valor se lo daba cada uno de acuerdo a su carga subjetiva. Incluso comentó que ese tema había sido motivo de una discusión en un programa de Mirtha Legrand en el que fue invitado…
Personalmente no alcanzo a entender mucho el sentido de la discusión. Para mí es evidente que deben darse ambas cosas. Una música, una película, un programa de radio, evidentemente deben tener algún valor en sí mismos (al menos para gran cantidad de personas), de lo contrario no tendrían trascendencia, no serían difundidos, o directamente no existirían. Pero luego están las personas que reciben esa creación artística y pueden provocan en ellas distintas reacciones emotivas según asocien esa expresión artística a un particular momento de su vida, a la compañía en que se encontraban, etc. Esas personas le agregan al valor artístico intrínseco de la obra, una carga emotiva subjetiva y personal.
Entiendo perfectamente a la oyente (otra) que dijo que le costaba mucho escuchar el programa, porque le recordaba una época en que lo escuchaba en la cama junto con una persona muy querida que ya no estaba en su vida.
Perdón por ser autorreferencial: creo que “Con te partirò” es una bellísima canción, que a la mayoría de las personas que conozco les despierta un gran placer estético. Pero personalmente, además (sobre todo cantada por Andrea Bocelli y Sarah Brightman), me mueve una gran carga emotiva, porque me recuerda un viaje que hice en compañía del amor de mi vida, durante el cual escuchamos varias veces esa canción. Ella no me correspondió, por supuesto (de lo contrario, ¿cómo podría ser el amor de mi vida?) y aunque han pasado unos cuantos años, nunca he podido volver a escuchar “Con te partirò” sin que se me caiga una lágrima (por lo menos).
Lo que creo que es posible (y tal vez a eso apuntaba Dolina) es que uno, así como idealiza a una persona, también idealiza a todo lo que rodeaban los momentos en que uno veía o se encontraba con esa persona, incluyendo paisajes, calles, caminos, músicas, películas, programas de radio o televisión, etc. Y es posible que recordemos esos paisajes como más bellos de lo que eran en realidad, y a esas expresiones artísticas como dotadas de un grado calidad que en realidad no tenían.
Es posible. De cualquier manera, no creo que ese sea el caso de “Con te partirò”, ni tampoco de “La Venganza será Terrible”.
Muchas gracias Alejandro. Recién entro y lo veo. Haré de cuenta que soy una niña cuya ignorancia del cinismo trajo, a su arte para la ilusión, intacto hasta la edad adulta y, recibiré de un modo que los posthumanos perdieron y siguen perdiendo proporcionalmente a su ganancia posthumana, la posibilidad maravillosa del link : que esté entero, que contenga la parte musical.
Por LVST, por mí y en nombre de los muchísimos en iguales términos, gracias de nuevo (no hay que exagerar tampoco, porque sería empequeñecer su ¿lazo rojo? con LVST) :)
Respecto a las obras de arte, por serlo, la belleza que manejan está fuera de cánones estereotipados así como su poder para estimular regiones que casi diría les están destinadas, de la estructura del propio ser que es mucho más de lo clasificado y organizado y de las que nos hacemos cargo cuando se manifiestan.
Me parece que no es el momento, no es la persona, no es la música; vivimos muchos momentos semejantes, los experimentamos con la misma persona, escuchamos muchos temas musicales juntos... y no los recordamos y si lo hacemos, es como un dato menor, secundario, sin ninguna reacción.
Creo que hay componentes en el cuerpo vibracional de ciertas obras, que coinciden con los componentes vibracionales de los seres y que el momento que se autogenera con sus propias vibraciones, combina, ordena, trae a la vida : algo más sucedió que quedó incorporado para siempre. Cuando es detonado por un tiempo que a su vez está integrado en el espacio, lo que lo registra por identificación de la memoria y factores de la física y la metafísica, reacciona. Las personas con alzhéimer, recuerdan la música, pueden cantarla. Una persona perdida en sus ensueños, lejos muy lejos de la superficie, oye sonar en un piano, una obra,...un atman enredada,...y vuelve, sonríe, resplandece un rostro vivo donde hasta el segundo anterior sólo había una máscara inexpresiva, vacía, o dolorosa.
No ocurre con cualquier música. Cuando uno de los factores-elementos-detonantes, está presente, atrae el todo de la experiencia. A veces, nos llega primero la música...Y en el arpa de la red espiritual queda una nota aprisionada. Más tarde llegan las condiciones del momento. Y entonces la persona, entra, integra el todo. Se nos comunica algo a niveles tan profundos y/o altos (caramba cada vez que voy a poner una barra me siento mal), rectifico, profundos como altos,... que el cuerpo reacciona, la mente reacciona, el corazón reacciona. Y ahí tenemos guardada para siempre ese salto en el tiempo, ese otro lado del espejo.
Dolina es músico y artista, yo no. Pero yo sé que está equivocado cuando dice que la música es nada y no quiere decir nada y que sólo necesita tiempo. No postulo nada ni pretendo persuadir a nadie de nada.
Caramba Daniel,... castellanizando la letra, los ojos cegados de tanto internet, se han nublado tan densos como para llover. No sé bien si es por el motivo correcto (diría Dolina). Confiemos que sí. Tanto el corazón como la cabeza tienen que respetar sus silencios. Y alternar sus voces como lo hace un...coro. Respetemos las voces y los silencios, capaces de ver, para que vean. Gracias, por compartir. Le acompaño el sentimiento. El que acompaña trae la vida.No se instale en la muerte ( el juego de palabras, la imagen del juego de palabras, pudo desembocar mal). :)
Alejandro (¿se quitó la K?) House... Podría bien ser usted A.D. : nadie como él ha postulado el desencanto de la infancia a tiempo, antes de que se haga crónica la fe soñadora, antes de que la desilusión sea brutal en la adultez, aunque el costo redunde en pesimismo crónico y más tarde o más temprano, en cinismo; sufrir con la consciencia adulta el efecto-recuerdo de la mirada inocente traicionada, es más herida que la herida misma.
Digo lo antedicho porque practicó conmigo usted tal paradigma : no grabó el programa entero; me dejó el helado de la víspera sabiendo que era un palito vacío y, peor aún, que nunca tuvo tal propósito; sin remordimiento.
Tal vez más vulgar y práctico, sea suponer que tiene prohibido por alguna cuestión legal, grabar la música. :) *
¡Ah... la confianza de un soñador toca fondo en el corazón y un rayo de luz le es tendido desde el faro invisible en el farallón de su cabeza, por el que sube, una y otra vez! Imagínese si eso comenzó desde su infancia, incluso antes de nacer. :) V (es un saludo)
¡Puta digo, qué costará...! ¡Mejoren el lenguaje (escarden su parcela del cerebro a ver qué pasa) y la sintaxis, carajo! Como si patines para hielo te cruzaran los ojos... y la primavera se asomara sonriente en ellos.
Respuesta tardía para Alicia de Montevideo: con toda la carga emocional que me mueve Bocelli, y en especial “Con te partirò”, entiendo que Luciano Pavarotti jugaba en otra liga; fue uno de los tenores líricos más grandes de todos los tiempos.
Todo un divo, además. Seguramente recordás cuando vino a Montevideo y actuó en el Centenario. No sé qué problema hubo con las entradas, pero lo cierto es que cuando Pavarotti comenzó su actuación, todavía había largas colas de gente tratando de encontrar su asiento, y comenzó a protestar a viva voz, con expresiones del orden de: “pero cómo puede ser”, “a ud le parece”, etc, o más enfáticamente: “uuuuh!!!”.
El murmullo fue creciendo en intensidad, y en un momento, Pavarotti interrumpió la actuación, insultó al público (“CRETINI !!”) y salió raudo dispuesto a irse del Estadio y cancelar la presentación. El único que pudo pararlo fue el entonces Presidente de la República, Julio Ma.Sanguinetti, presente en el espectáculo. Fue a buscarlo al camarín y luego de una breve charla y pedido de disculpas, lo convenció para seguir.
“Ah, si me lo pídeno lo presidente, sí” habrá pensado Pavarotti. Volvió al escenario y la función continuó y terminó sin más contratiempos. El público, olvidado del insulto (o asumiéndolo), lo aplaudió a rabiar.
Esta anécdota nos deja una enseñanza, o varias, aunque no sabría decir cuáles son.
Lo que es muy probable es que estas cosas sólo puedan ocurrir en esta parte del mundo..
Sobre presidentes que se saltean todos los protocolos, acá tenemos una larga tradición, que por cierto no comenzó con el Pepe Mujica.
El recientemente fallecido Jorge Batlle (sí, sí, ya sé, no digamos nada más…) volvía loca a la gente del protocolo. Entre otras cosas, solía aparecerse en el Edificio Presidencial a pie y sin custodia. En una de esas ocasiones lo paró en la puerta un extranjero que evidentemente no lo conocía, y le preguntó si esa era la Casa de Gobierno.
Batlle le dijo: “Sí, es acá. Mire, casualmente acá trabajo yo, venga que lo guío y le presento a mis compañeros de trabajo”.
Entonces lo hizo pasar, le presentó a algunos de la guardia y secretarias, y le hizo una breve recorrida explicándole qué oficinas había en cada lugar (mientras saludaba a todo el mundo). Finalmente llamó a una secretaria para que lo siguiera acompañando y le dijo: “bueno, mi amigo, fue un gusto conocerlo, pero ahora lo dejo porque tengo que entrar a trabajar”. El hombre le agradeció y le preguntó: “dígame, ¿y ud qué hace acá?”. “Ah, yo soy el Presidente”.
El hombre habrá estado convencido de que le habían tomado el pelo hasta que llegó a wikipedia…
Aqui dejo el link del programa de anteayer.
https://youtu.be/aJ2MzHCsj0k
Igual es raro que se haya olvidado de que la música programática la inventó Liszt con los poemas sinfónicos;es decir un músico, no un crítico. Un músico enorme por otra parte. Pero me alegra, me alegra enormemente que se haya alejado o que ya no tenga en un pedestal a esas opiniones influidas por el pensamiento francés posmoderno y posestructuralista de que "no hay un más allá de " . Bueno, no: Hay un contexto, hay una tradición diría Borges. Hay un modo de leer distinto a como era hace 100 años . Hay una manera de escuchar la música hoy distinta a como era hace 50 años y un modo de interpretarlos. Bien ahí.¿ tendrá algo que ver con el momento actual que vivimos esa mirada distinta? Yo pienso que si, pero me reservo mi opinión sobre elio. Cariños. Me voy rápido antes de que Jacinta Viyimahuida venga a "corregirme".Cariños.
pd: Con respecto a la guita que se maneja en este sitio, aclaro que yo no vi un mango eh! Que onda? ¿me discriminan?Una página machista, evidentemente.
La heladera inteligente de procuctora y agenda, eso ! por ahí va.... (de paso de tercer integrante, por lo menos habria algo fresco para servirse cerca...)
(productora)..hic !
Sobre los comentarios de Dolina y Barton acerca de los aparatos (por no decir dispositivos) inteligentes, en especial la heladera inteligente, sólo se pueden decir dos palabras: geniales.
A partir de un mensaje de una oyente (que escuchaba el programa desde hace 30 años cuando nació su hija, y ahora su hija tenía esa edad y etc), Dolina ingresó en una reflexión (al menos así lo entendí) sobre si una obra de arte tenía valor en sí misma o si el valor se lo daba cada uno de acuerdo a su carga subjetiva. Incluso comentó que ese tema había sido motivo de una discusión en un programa de Mirtha Legrand en el que fue invitado…
Personalmente no alcanzo a entender mucho el sentido de la discusión. Para mí es evidente que deben darse ambas cosas. Una música, una película, un programa de radio, evidentemente deben tener algún valor en sí mismos (al menos para gran cantidad de personas), de lo contrario no tendrían trascendencia, no serían difundidos, o directamente no existirían. Pero luego están las personas que reciben esa creación artística y pueden provocan en ellas distintas reacciones emotivas según asocien esa expresión artística a un particular momento de su vida, a la compañía en que se encontraban, etc. Esas personas le agregan al valor artístico intrínseco de la obra, una carga emotiva subjetiva y personal.
Entiendo perfectamente a la oyente (otra) que dijo que le costaba mucho escuchar el programa, porque le recordaba una época en que lo escuchaba en la cama junto con una persona muy querida que ya no estaba en su vida.
Perdón por ser autorreferencial: creo que “Con te partirò” es una bellísima canción, que a la mayoría de las personas que conozco les despierta un gran placer estético. Pero personalmente, además (sobre todo cantada por Andrea Bocelli y Sarah Brightman), me mueve una gran carga emotiva, porque me recuerda un viaje que hice en compañía del amor de mi vida, durante el cual escuchamos varias veces esa canción. Ella no me correspondió, por supuesto (de lo contrario, ¿cómo podría ser el amor de mi vida?) y aunque han pasado unos cuantos años, nunca he podido volver a escuchar “Con te partirò” sin que se me caiga una lágrima (por lo menos).
Lo que creo que es posible (y tal vez a eso apuntaba Dolina) es que uno, así como idealiza a una persona, también idealiza a todo lo que rodeaban los momentos en que uno veía o se encontraba con esa persona, incluyendo paisajes, calles, caminos, músicas, películas, programas de radio o televisión, etc. Y es posible que recordemos esos paisajes como más bellos de lo que eran en realidad, y a esas expresiones artísticas como dotadas de un grado calidad que en realidad no tenían.
Es posible. De cualquier manera, no creo que ese sea el caso de “Con te partirò”, ni tampoco de “La Venganza será Terrible”.
Muchas gracias Alejandro. Recién entro y lo veo. Haré de cuenta que soy una niña cuya ignorancia del cinismo trajo, a su arte para la ilusión, intacto hasta la edad adulta y, recibiré de un modo que los posthumanos perdieron y siguen perdiendo proporcionalmente a su ganancia posthumana, la posibilidad maravillosa del link : que esté entero, que contenga la parte musical.
Por LVST, por mí y en nombre de los muchísimos en iguales términos, gracias de nuevo (no hay que exagerar tampoco, porque sería empequeñecer su ¿lazo rojo? con LVST) :)
Respecto a las obras de arte, por serlo, la belleza que manejan está fuera de cánones estereotipados así como su poder para estimular regiones que casi diría les están destinadas, de la estructura del propio ser que es mucho más de lo clasificado y organizado y de las que nos hacemos cargo cuando se manifiestan.
Me parece que no es el momento, no es la persona, no es la música; vivimos muchos momentos semejantes, los experimentamos con la misma persona, escuchamos muchos temas musicales juntos... y no los recordamos y si lo hacemos, es como un dato menor, secundario, sin ninguna reacción.
Creo que hay componentes en el cuerpo vibracional de ciertas obras, que coinciden con los componentes vibracionales de los seres y que el momento que se autogenera con sus propias vibraciones, combina, ordena, trae a la vida : algo más sucedió que quedó incorporado para siempre. Cuando es detonado por un tiempo que a su vez está integrado en el espacio, lo que lo registra por identificación de la memoria y factores de la física y la metafísica, reacciona. Las personas con alzhéimer, recuerdan la música, pueden cantarla. Una persona perdida en sus ensueños, lejos muy lejos de la superficie, oye sonar en un piano, una obra,...un atman enredada,...y vuelve, sonríe, resplandece un rostro vivo donde hasta el segundo anterior sólo había una máscara inexpresiva, vacía, o dolorosa.
No ocurre con cualquier música. Cuando uno de los factores-elementos-detonantes, está presente, atrae el todo de la experiencia. A veces, nos llega primero la música...Y en el arpa de la red espiritual queda una nota aprisionada. Más tarde llegan las condiciones del momento. Y entonces la persona, entra, integra el todo. Se nos comunica algo a niveles tan profundos y/o altos (caramba cada vez que voy a poner una barra me siento mal), rectifico, profundos como altos,... que el cuerpo reacciona, la mente reacciona, el corazón reacciona. Y ahí tenemos guardada para siempre ese salto en el tiempo, ese otro lado del espejo.
Dolina es músico y artista, yo no. Pero yo sé que está equivocado cuando dice que la música es nada y no quiere decir nada y que sólo necesita tiempo. No postulo nada ni pretendo persuadir a nadie de nada.
Si alguien quiere acompañarme en el sentimiento:
https://www.youtube.com/watch?v=6FOG-1rmPHQ
Sublime.
Caramba Daniel,... castellanizando la letra, los ojos cegados de tanto internet, se han nublado tan densos como para llover. No sé bien si es por el motivo correcto (diría Dolina). Confiemos que sí. Tanto el corazón como la cabeza tienen que respetar sus silencios. Y alternar sus voces como lo hace un...coro. Respetemos las voces y los silencios, capaces de ver, para que vean. Gracias, por compartir. Le acompaño el sentimiento. El que acompaña trae la vida.No se instale en la muerte ( el juego de palabras, la imagen del juego de palabras, pudo desembocar mal). :)
Daniel, Con te partiró es a Andrea Bocelli lo que Nessun dorma es (era) a Pavarotti... salvando las distancias. Lo más el gordo!
Alejandro (¿se quitó la K?) House... Podría bien ser usted A.D. : nadie como él ha postulado el desencanto de la infancia a tiempo, antes de que se haga crónica la fe soñadora, antes de que la desilusión sea brutal en la adultez, aunque el costo redunde en pesimismo crónico y más tarde o más temprano, en cinismo; sufrir con la consciencia adulta el efecto-recuerdo de la mirada inocente traicionada, es más herida que la herida misma.
Digo lo antedicho porque practicó conmigo usted tal paradigma : no grabó el programa entero; me dejó el helado de la víspera sabiendo que era un palito vacío y, peor aún, que nunca tuvo tal propósito; sin remordimiento.
Tal vez más vulgar y práctico, sea suponer que tiene prohibido por alguna cuestión legal, grabar la música. :) *
¡Ah... la confianza de un soñador toca fondo en el corazón y un rayo de luz le es tendido desde el faro invisible en el farallón de su cabeza, por el que sube, una y otra vez! Imagínese si eso comenzó desde su infancia, incluso antes de nacer. :) V (es un saludo)
¡Puta digo, qué costará...! ¡Mejoren el lenguaje (escarden su parcela del cerebro a ver qué pasa) y la sintaxis, carajo! Como si patines para hielo te cruzaran los ojos... y la primavera se asomara sonriente en ellos.
Respuesta tardía para Alicia de Montevideo: con toda la carga emocional que me mueve Bocelli, y en especial “Con te partirò”, entiendo que Luciano Pavarotti jugaba en otra liga; fue uno de los tenores líricos más grandes de todos los tiempos.
Todo un divo, además. Seguramente recordás cuando vino a Montevideo y actuó en el Centenario. No sé qué problema hubo con las entradas, pero lo cierto es que cuando Pavarotti comenzó su actuación, todavía había largas colas de gente tratando de encontrar su asiento, y comenzó a protestar a viva voz, con expresiones del orden de: “pero cómo puede ser”, “a ud le parece”, etc, o más enfáticamente: “uuuuh!!!”.
El murmullo fue creciendo en intensidad, y en un momento, Pavarotti interrumpió la actuación, insultó al público (“CRETINI !!”) y salió raudo dispuesto a irse del Estadio y cancelar la presentación. El único que pudo pararlo fue el entonces Presidente de la República, Julio Ma.Sanguinetti, presente en el espectáculo. Fue a buscarlo al camarín y luego de una breve charla y pedido de disculpas, lo convenció para seguir.
“Ah, si me lo pídeno lo presidente, sí” habrá pensado Pavarotti. Volvió al escenario y la función continuó y terminó sin más contratiempos. El público, olvidado del insulto (o asumiéndolo), lo aplaudió a rabiar.
Esta anécdota nos deja una enseñanza, o varias, aunque no sabría decir cuáles son.
Lo que es muy probable es que estas cosas sólo puedan ocurrir en esta parte del mundo..
… en esta querida parte del mundo, vale decir.
Sobre presidentes que se saltean todos los protocolos, acá tenemos una larga tradición, que por cierto no comenzó con el Pepe Mujica.
El recientemente fallecido Jorge Batlle (sí, sí, ya sé, no digamos nada más…) volvía loca a la gente del protocolo. Entre otras cosas, solía aparecerse en el Edificio Presidencial a pie y sin custodia. En una de esas ocasiones lo paró en la puerta un extranjero que evidentemente no lo conocía, y le preguntó si esa era la Casa de Gobierno.
Batlle le dijo: “Sí, es acá. Mire, casualmente acá trabajo yo, venga que lo guío y le presento a mis compañeros de trabajo”.
Entonces lo hizo pasar, le presentó a algunos de la guardia y secretarias, y le hizo una breve recorrida explicándole qué oficinas había en cada lugar (mientras saludaba a todo el mundo). Finalmente llamó a una secretaria para que lo siguiera acompañando y le dijo: “bueno, mi amigo, fue un gusto conocerlo, pero ahora lo dejo porque tengo que entrar a trabajar”. El hombre le agradeció y le preguntó: “dígame, ¿y ud qué hace acá?”. “Ah, yo soy el Presidente”.
El hombre habrá estado convencido de que le habían tomado el pelo hasta que llegó a wikipedia…
Excelente anécdota Sr Daniel.