Daniel Franz
En Venganzas del Pasado desde el jueves, 19 de noviembre de 2015 a las 12:47 PM
Quién puede dudar de que la ciencia es una herramienta notable, tal vez la más grande de las invenciones humanas.
Con ella podemos desentrañar las leyes que gobiernan el mundo de los “contenidos” de la conciencia, también llamado “mundo exterior”, y utilizarlas a nuestro favor, para mejorar nuestras condiciones de vida (si es que, con un poco de suerte, las utilizamos con fines pacíficos). Pero sobre la conciencia misma, o “mundo interior”, la ciencia no tiene nada que decir. El dualismo “sujeto cognoscente-objeto conocido” que está en la base de su definición, desaparece, y con él desaparece el sustento en que se apoya.
La inteligencia humana, aliada con los métodos científicos, puede decirnos muchas cosas sobre la forma en que opera el mundo “consecuencial” (relativo), pero ni siquiera los genios más grandes que ha dado la humanidad (ni siquiera los libretistas de “The Big Bang Theory”!) con toda su inteligencia, pueden decirnos nada del mundo “causal” (absoluto).
Para que un gran científico como Einstein afirmara que “el mundo no es otra cosa que una ilusión” tuvo que sacarse por un momento el traje de científico y ponerse el del místico. En este caso no pudo aportar ninguna fórmula matemática que probara una afirmación tan audaz como esa. Sin embargo, místicos que vivieron miles de años antes, ya sabían perfectamente la veracidad de esa afirmación, no por estudios científicos, sino por realización directa de la Verdad.
Quedarse en el estudio del mundo exterior, aun con el apoyo de la ciencia más avanzada y sofisticada, es quedarse en la superficie de la vida. Ya sea que flotemos sobre el océano agarrados de un tronco o en un crucero de lujo, seguimos en la superficie y no tenemos idea de lo que hay en las profundidades.
“Bucea”, nos dicen los grandes, “llega al fondo del océano de tu corazón y encuentra el tesoro que está escondido en las profundidades. No para regodearte solitariamente con él, sino para traerlo a la superficie y compartirlo con tus hermanos. Si llegaste al fondo, sabrás que tú y tus hermanos son uno y lo mismo, y todo egoísmo, todo sentido de “mío” y “tuyo”, toda diferencia superficial, habrá desaparecido, y no podrás hacer otra cosa que derramarte en amor, compasión y comprensión por la humanidad sufriente”.
He aquí los grandes benefactores de la humanidad.
En la parte de mensajes de los oyentes tuve la respuesta: fue el día de la final (de fútbol supongo) de los juegos olímpicos. Bueno, o por ahí.
Está notable este programa en Santa Rosa. ¿Cuándo fue?
Todos muy inspirados, brillante de principio a fin.
Ah sí, se ven mucho los primates catarrinos, sobre todo con estos fríos.
Perdón por el chiste, Norberto; le diré que ud con esa seriedad que refleja su imagen me intimida un poco.
Todo lo que ud dice es cierto e irrefutable, en tanto que al hablar de "yo" y "mío" nos estemos identificando con este cuerpo que percibimos mediante los sentidos. En esa identificación, es indudable que "pertenecemos" al reino animal.
Ahora bien, esa identificación del "yo" con el cuerpo, que parece a todas luces evidente al sentido común, ya hace tiempo que viene siendo puesta en tela de juicio por los filósofos occidentales más agudos, por no hablar de los orientales, que nos llevan varios siglos de ventaja (no me estoy refiriendo a los uruguayos en este caso). Para no irnos muy lejos (no quiero entrar en la caverna de un Platón, por ejemplo -está muy frío), ya el amigo Descartes había llegado a la conclusión de que de lo único que podemos estar seguros es de que "existimos"; decir que "somos" un cuerpo o cualquier objeto percibido por los sentidos pertenece al reino de las suposiciones (y de las suposiciones muy audaces). Muchos otros han tenido similares cogitaciones, si me disculpa el término. Por ejemplo, intente entrarle a un Hegel, un Schopenhauer o un Heidegger, si es macho.
Pero los filósofos, trabajando como trabajan dentro de los límites del intelecto e imposibilitados de ir más allá, no pueden acceder a la Realidad Última. Los llamados místicos, o maestros espirituales (le hablo concretamente de un Jesús, de un Buda, de un Ramana Maharshi...), han ido más allá, y han llegado a conclusiones alarmantes (en el buen sentido): "Definitivamente, ud no es un cuerpo ni una mente", nos dicen, "pero lo que ud es no es posible expresarlo con palabras, porque es más allá de cualquier palabra. No es posible accederlo por métodos científicos, porque es más allá del plano material. Aun más: no es posible aplicar el tradicional esquema (el único que el intelecto puede entender) de "sujeto-que-conoce / objeto-conocido", porque es más allá de toda dualidad. En definitiva, yo no puedo explicarle la Verdad Absoluta, pero puedo darle los elementos para que ud llegue a una realización directa la Verdad por ud mismo".
(En realidad, los términos "ud" y "yo" son muy inadecuados, pero aun así es de lo mejorcito que se puede expresar con palabras).
Esto parece muy difícil, y lo es (más que difícil es imposible) si queremos aprehenderlo mediante el intelecto, pero sería muy fácil y natural si, como nos dicen los maestros, dejáramos el intelecto a un lado (agradeciéndole los servicios prestados, cómo no) y simplemente nos "zambulléramos" en la Realidad. Como en el ejemplo que ponía un autor espiritual, estamos como los pingüinos bebés que van a tirarse al agua por primera vez. Tienen mil dudas y temores de que eso sea bueno para ellos, pero una vez que se tiran, se dan cuenta de que ese es el medio para el que han nacido.
Y si las empanadas no están tan buenas, las podríamos usar como granadas, como hacen los japoneses, al grito (en su media lengua) de "panada, panada", para disolver disturbios en las canchas por ejemplo.
Sobre Moreira (o Moreyra): no sé qué decirle, indudablemente tiene su lado humorístico, algún chiste mete en la parte musical, sería cuestión de probarlo.
En serio Enoch, no se deje estar, al menos saque un seguro contra incendio para la biblioteca.
Y "El Capital" métalo en la caja fuerte.
Ja, ja, está bueno el video, Daril, me reí un montón, a la vez que me despertó (¿por qué negarlo?) cierta ternura y condescendencia al tratar de entender las cosas en su perspectiva histórica. La historia de la humanidad, hasta ahora, no es otra cosa que la historia de su infancia espiritual. De nosotros depende que etc.
“Gérmenes de esta naturaleza” (hablando del comunismo) “INCUBAN fácilmente en las mentalidades incultas y en la juventud ingenua e inexperta”. Ja, ja, todo un Nostradamus el redactor de este documental, que debe ser de los 30s o 40s (el documental, no el redactor).
¿Me parece a mí o la voz que pone Dolina cuando lee por ejemplo algún edicto real en el Segmento Dispositivo trata de imitar la voz del relator de estos documentales?
Amigo Norberto: creo que no es que "las cosas más importantes de la vida sean imperceptibles". Si hablamos de "cosas" necesariamente deben ser perceptibles, de lo contrario no podrían llamarse "cosas". Deben ser perceptibles ya sea por los sentidos físicos (si hablamos de objetos materiales) o por el intelecto (objetos conceptuales). Lo que dice el Principito (y han dicho todos los grandes maestros espirituales de una forma u otra) es que LO ESENCIAL no es perceptible, porque es ANTES DE (y causa de) todo el mundo perceptible, de todas las “cosas”.
Naturalmente el camino por el que se llega a lo esencial no es el científico. Un científico no puede (y no debe, en tanto científico) certificar la existencia de una “entidad” (por llamarla de alguna manera) que él no puede capturar con los sentidos (ni siquiera con la ayuda del más sofisticado instrumental técnico) ni conceptualizar de modo alguno. No se puede llevar un trozo de Dios a un laboratorio para experimentar con él, decía alguien que no recuerdo.
De hecho, los maestros nos dicen que no podemos “conocer” lo esencial, o la Realidad Última, sino que sólo podemos “realizar” o más bien “ser” la Realidad.
Ésta no es una cuestión de fe, como erróneamente se han encargado de difundir muchas iglesias. Creo que la fe en algo trascendente puede ser una ayuda al comienzo del camino espiritual (aunque decía el gran Swami Vivekananda que uno debería ser ateo mientras no haya realizado a Dios, y quién soy yo para contradecirlo) pero todos los maestros han dicho que la culminación necesariamente debe ser la realización directa de la Realidad Absoluta.
Tras lo cual habremos llegado “al final del juego” como decía Sri Ramakrishna; habremos alcanzado el sentido de la vida.
La solución que ud plantea Martín es soñada, sería el nuevo dream-team. Lo único que le agregaría es a Coco Sily para la parte musical, aportando una voz de bajo (o DEL bajo) de la cual el Trío carece.
Hablando en serio: con el (temido) retorno de Gillespie como 3er integrante me doy por satisfecho.
El Trío y Moreira creo que están bien en lo que hacen, yo los dejaría así; tal vez tendrían que renovar el repertorio.
Sobre el tema del costo del Trío: capaz que me equivoco, pero tengo la impresión de que van más bien "de onda", no creo que cobren mucho salvo algún viático tipo un refresco y alguna empanada de Jean-Baptiste. A ellos les sirve porque promocionan su trabajo, y a Dolina también porque redondea las 2 horas de programa y de paso le da una mano a los hijos, pero no me parece que vayan a desequilibrar ningún presupuesto. Seguramente la mira del Trío y de Moreira está puesta en proyectar sus carreras musicales en otros ámbitos más que en su breve participación en LVST.
Amigo Jean-Baptiste, espero que sus empanadas no vengan "Poquelin" de relleno. Sería un escenario poco alentador.
Perdón por los chistes malos. ¿A cuánto la de humita?
"La esencia de la educación es que sea religiosa" decía el filósofo y matemático inglés Alfred N.Whitehead.
Como el término "religión" se ha degradado tanto que actualmente significa poco más que un conjunto de vagas creencias metafísicas acerca de la existencia de un Dios, de una vida más allá de la muerte, etc, y un conjunto de ritos asociados tales como ir a misa los domingos, etc, y se ha vaciado de todo contenido profundo, estimo que en nuestros días sería mucho mejor decir "la esencia de la educación es que sea en valores".
Creo que la humanidad no va tan mal en cuanto a conocimiento científico y tecnológico, pero sí va muy mal en cuanto a amor, respeto, comprensión, compasión...
Y sospecho que en este aspecto no hay grandes diferencias entre Finlandia, Estados Unidos, Argentina o Uruguay.
Quizás algunos, aun estando de acuerdo con estas consideraciones, podrán objetar: ¿y dónde están los profesores para esas materias? No tengo todas las respuestas, o mejor dicho no tengo ninguna, pero el otro día vi a un botija de 16 o 17 años que dio una clase abierta a todo público: soplaba un viento muy fuerte en Montevideo y en la Plaza Independencia a la altura de la Puerta de la Ciudadela arreciaba un vendaval, a tal punto que a las personas muy mayores o con dificultades físicas les resultaba imposible cruzar la calle, ya que no podían superar la resistencia del viento. Este muchacho dedicó cerca de una hora de su tiempo yendo y viniendo, ayudando a esas personas a cruzar, sin esperar nada a cambio. Igualmente, tuvo su recompensa en la forma de una pequeña nota que le hizo el movilero de un informativo, que pasaba casualmente por el lugar y registró el hecho como un "curiosidad".
Es verdad que hay mucha miseria, egoísmo y agresividad en el mundo; no dejo de verlo y de leerlo casi a diario. Pero por otra parte, estos ejemplos me reafirman en mi fe inclaudicable en el destino glorioso de la humanidad.
Para acercarnos más rápidamente a ese destino, creo que debemos pensar más en desarrollar corazones sensibles que teléfonos inteligentes.
Muy bueno Genaro su recuerdo a Landrú, gran humorista argentino que supo satirizar las preocupaciones frívolas y superficiales de la sociedad en general, y de la llamada pequeña burguesía en particular, simbolizadas perfectamente en la imagen de las "señoras gordas".
Del otro lado del Río de la Plata y por la misma época, un humor muy parecido (aunque más explícitamente político) fue cultivado por Julio Suárez (Peloduro).
Amigo Enoch: gracias, ha logrado emocionarme con sus elogios totalmente desmedidos. Tengo muy claro que soy una persona con infinitos defectos y limitaciones, y quizás lo único positivo que encuentro cuando hago un examen de conciencia es la creencia sincera en la posibilidad de mejorar el lamentable estado espiritual y mental en que me encuentro, y la decisión de perseverar en ese intento a pesar de los muchísimos errores y retrocesos.
Como le decía hace poco y me parece oportuno repetir ahora, me siento mucho más cerca del escéptico angustiado y lleno de dudas que del creyente que cree tener todas las respuestas y se ve a sí mismo con auto-complacencia.
Desde que entré a este foro, más allá de acuerdos o desacuerdos circunstanciales, me he sentido muy identificado con ud. Créame que entiendo profundamente sus frustraciones, sus enojos, su escepticismo, su rabia con la realidad social, política, económica, su descreimiento en el ser humano y en cualquier posibilidad de trascendencia espiritual.
Entiendo todas esas frustraciones, y tengo fe absoluta en que las trascenderá. Todo tiene su tiempo…
Siempre reconocí en ud a una persona absolutamente íntegra y sincera, y créame que lo aprecio muchísimo, seguramente mucho más de lo que ud supone.
Según dijeron muchos místicos (perdóneme pero no puedo evitar citar a estos muchachos, los grandes adelantados de la especie humana), integridad y sinceridad son las únicas condiciones absolutamente imprescindibles para tener éxito en el más ambicioso de los caminos que podemos recorrer (que no repetiré para no seguir cansando a nadie), el cual en su punto culminante nos conducirá a la superación definitiva del sufrimiento, aunque eso ahora nos parezca una quimera inalcanzable.
Ahora bien, no todas son rosas. Para serle totalmente sincero, creo que debería ud tratar de superar esa lógica confrontativa que… no, no, olvídese, no dije nada (perdón, esto tampoco lo puedo evitar).
Puede estar seguro amigo Mariano de que el rechazo que ud siente por mí no es recíproco. Lo aprecio y lo respeto como a todos en este foro, por más distintas que sean nuestras visiones del mundo y de la vida. No formo ni participo en bandas, ni elijo a quién pegarle, ni todas esas actitudes detestables que ud me adjudica. Digo lo que me parece de acuerdo con mi leal (y escaso, reconozco) saber y entender en cada circunstancia. Cuando me dirijo a alguien en particular, digo lo que creo más apropiado y lo que creo que puede resultarle más útil o interesante a esa persona.
Lo de la “lógica confrontativa” que tanto lo ofendió (y en tal caso le pido disculpas), tal vez no fue un término muy feliz, pero no fue dicho con ánimo de crítica destructiva sino que fue una simple observación de alguien que lo ve de afuera (dentro de lo poco que podemos ver de los otros en el ámbito de un foro de internet), para ayudar a detectar actitudes de las cuales tal vez nosotros mismos no somos conscientes y repetimos por hábito mental (y que son reflejo del mundo mental y espiritual del que le hablaba antes) las cuales necesariamente deberían cambiar si aspiramos a un verdadero crecimiento espiritual.
Si ud leyó el último comentario que le dirigí al amigo Enoch, habrá visto que le hice una observación muy parecida a esa.
Por cierto que tengo claro que mi tarea principal en la vida no es señalar defectos a los demás (sólo lo hago cuando creo que puedo ayudarlos, pero a la vista está que me equivoco de contínuo) sino corregir los propios, que sin duda son muchísmos. Tantos, que creo que será una labor mucho más positiva de ahora en adelante dedicarme exclusivamente a esa tarea.
Yo le sigo mandando un abrazo, y le deseo sinceramente los mayores progresos dentro del camino que ha elegido transitar.
Sí, me imaginé que había querido hacer algún tipo de parodia de mi humor, pero si el original es malo, imagínese cómo será la copia...
No, no me quise vengar en absoluto de nada (observe la lógica confrontativa que siempre opera en ud). El tema es que sus chistes realmente eran MALOS, ¿me entiende? Le prometo que cuando sean buenos, seré el primero en decírselo.
Pero más allá de que los chistes sean buenos, malos o regulares, siempre es bueno, como dije alguna vez, tratar de ver el mundo, y nuestro insignificante lugar dentro de él, desde una perspectiva más distendida, más descontracturada. Hay demasiados ceños fruncidos y dientes apretados en el mundo. Creo que tenemos que aflojarnos, dejar de tomarnos tan en serio, relativizarnos. El humor, y en particular el saber reírnos de nosotros mismos, es un vehículo excelente para lograr ese efecto.
Genaro: justo nombró a uno de los pocos grandes místicos a los que sí les dio por escribir. Según la tradición, cuando Lao-Tsé se estaba por ir a su retiro definitivo a las montañas, muchas personas le pidieron que dejara algo por escrito con sus enseñanzas. Entonces (con pocas ganas, creo yo) escribió el Tao-Te-Ching, se los entregó y les dijo: "bueno, acá tienen, manéjense, pero miren que ésto es 'as is', no doy soporte técnico, ¿eh?" y luego de redactar un "disclaimer" se borró del mapa.
Se equivoca Mariano, leí cada palabra de sus comentarios, pero qué voy a hacer, tal vez mi escaso entendimiento me lleva a no coicidir con ud en este tema.
No nos vamos a pelear por tan poco, ¿verdad?
Todas las discusiones humanas son siempre en la superficie. En lo profundo (donde las palabras no llegan) estamos siempre todos de acuerdo.
Por una simple razón: en lo profundo, todos somos Uno.
Neil Armstrong es el primer hombre que tocó la trompeta en la luna, ¿verdad?
Déjeme decirle Mariano con todo respeto que sus chistes son aun peores que los míos (y ya es decir), a pesar de lo cual celebro la introducción del humor (llamémosle así) en sus comentarios.
Le deseo que persevere en esa línea, le hará mucho bien.
Creo que con un poco de esfuerzo y con su aporte invalorable Mariano llegamos a los 200 comentarios fácil en esta entrada.
Ud siempre con ese ego (o "yo", o como quiera denominarlo) tan sensible y presto a ofenderse con facilidad.
En ningún momento he tratado de ningunear o despreciar ni a ud ni a nadie, sólo le decía que las cuestiones de nombre no son tan importantes en el mundo espiritual, y que las palabras, definidas como han sido para un conocimiento finito y muy apropiadas para tratar con experiencias sensoriales o conceptos intelectuales, son totalmente inadecuadas cuando queremos acceder a la Realidad absoluta e infinita.
Ya que cita a Jesucristo, recuerde que ni siquiera él pudo articular una sola palabra cuando Pilatos le preguntó "¿qué es la verdad?".
Por otra parte, si ud ha leído a un estudioso hinduísta de la talla de Paul Brunton sabrá bien que los términos orientales, generalmente sánscritos (que son los más usados en la terminología de la literatura espiritual) son prácticamente intraducibles a lenguas occidentales. Cualquier traducción le hace perder riqueza, connotaciones e implicancias, por lo cual generalmente se dejan sin traducir. Personalmente prefiero sin dudas los textos en que no intentan traducir "Atman", "jiva", "samsara", "karma" o "samadhi".
Creo que de tanto frecuentar textos de maestros espirituales ("de tanto andar entre malandras", diría Dolina), unido a ciertos cambios imprescindibles que debemos hacer en nuestro mundo mental y espiritual (recuerde que teoría y práctica deben ir de la mano, de lo contrario no hay avance posible) uno tiene que llegar a cierta percepción intuitiva de lo que nos quieren transmitir estos maestros, que va más allá de las palabras.
Le digo aun más: creo que los que hacen énfasis en las palabras y las definiciones exactas y definitivas ("sus" palabras) son los falsos maestros. Los maestros verdaderos como que piden disculpas por usar herramientas tan imperfectas para transmitir la realidad que ellos conocen por experiencia directa, pero no tienen otras para de alguna manera u otra atraer a las personas ignorantes hacia la Verdad (en realidad, "experiencia" es también una pésima palabra para definir el conocimiento directo de la Verdad, que va más allá de toda experiencia sensorial).
El maestro verdadero justamente es el que no nos ata a sus palabras. Buda se negaba a decir nada sobre el Nirvana o sobre cualquier cuestión metafísica, sabedor de que cualquier cosa que dijera se iba a usar luego como objeto de veneración en sí mismo, y perdería contenido y significado. Por eso, sólo decía: "yo les doy los instrumentos, les doy el bote y los remos, pero uds tienen que remar para llegar hasta la otra orilla, y entonces conocerán por sí mismos la respuesta a todas las preguntas que me hacen".
Como comprenderá este tema me apasiona y me siento tentado a seguir escribiendo, pero si sigo con estos comentarios kilométricos Juan me va a echar del foro (decisión que contaría con mi total apoyo).
Le mando un gran abrazo.
Lamento decirle Mariano que su tocayo Mariano T con su audaz predicción "Some day, one day" tiene el copyright de los vaticinios para todos los eventos que ocurran en los próximos 100 años (lo que duran los copyrights, creo).